Dando una vuelta por la zona me fijé en el sitio. Después de cenar queríamos tomar algo y les dije de ir y ver que tal. Menudo acierto! Cuando llegamos había un grupo de chicos recogiendo, había habido música en directo. El lugar es pequeño, tiene una barra grande y alargada a la izquierda y mesas altas y cuadradas en paralelo. Y al final un poco mas de espacio. También una mini terraza cubierta en la entrada. La decoración es chula, tiene las paredes con murales preciosos. El ambiente es muy "guiri". Al principio estuvimos en la barra pero en seguida pudimos sentarnos en una de las mesas altas. En la primera ronda probamos: - Margarinka blue 12€ - French 22 11€ - Mojito frutas de la pasión 9€ Como nos gustaron tanto y estábamos a gusto, hicimos una segunda ronda: - Pisco punch 10€ - Moscow mule 10€ - Huacasour 12€ Todos los cocktails estaban muy buenos, bien elaborados. Pero he de hacer especial mención al Moscow mule, me pareció tremendo. Quiero volver para tomarlo otra vez. En cuanto al personal, la chica es atenta, simpática y muy profesional. Cuida los detalles y se curra todas las copas aunque tenga mucho trabajo. También hay un chico, que tiene pinta de ser el jefe y/o propietario, que solo echaba un cable cuando ya había muchísima faena. Sitio para volver.