Un local que debes de entrar si o si, no te guies por su fachada. Excelente comida marroquí. Estaba todo delicioso, una atención inmejorable, trajeron unas patatas para picar cortesía de la casa. La verdad, que no hay ningún pero. Pedimos tajin de tenera, buenísimo tiernita la carne ; luego unas albóndigas, que decir de ellas, pues riquísimas también. Y luego medio pollo, muy bueno todo. A parte trajeron también unas patatas gratinadas con un poquito de allioli, cortesia de la casa tambien. También tienen poms(es un estilo a sidra de manzana sin alcohol) y hawai(como un zumo pero con gas, muy bueno) para beber. Un restaurante excelente, por lo menos en comida marroquí. Pizzas y demás no probamos, ya que íbamos con la idea de probar comida marroquí. Preguntamos si los viernes hacían couscous y nos dijo que pronto pondrían más cosas en la carta que hacía poco más de 1 año que había abierto. También eche de menos pastela de pollo, que siempre que voy a un marroquí me pido uno, y a veces otro para llevar porque me encantan. También echamos en falta alguna pastita de las que hacen ellos con miel y frutos secos para terminar con el té. En general me gustaría algo más de variedad de comida marroquí y menos pizzas y demás. Pero el lugar muy bien, atención de 10 y todo muy limpio. El dueño muy agradable. No sabíamos que estaba este restaurante por el barrio, y ha sido todo un descubrimiento, ya que nos gusta mucho la comida marroquí y no sabíamos que teníamos uno cerquita. Volveremos más de una vez, eso está segurisimo. Recomendable 100%.