Fuimos a comer su famoso cocido. La sopa es muy sabrosa, si bien creo que podría quitarse el exceso de grasa que queda en la parte superior del caldo. Los garbanzos son espectaculares, y de las carnes destacar el chorizo y el tocino, el único pero el pollo o gallina, que es muy seco y con poca carne. Cantidades muy grandes, no pudimos terminarnos todo y nos dieron un tupper para poder llevarnos lo que sobró. Personal muy amable y atento. Hay dos turnos para la comida a las 13,00h y a las 15,30h. Creo que tienen parking para poder aparcar, pero no estoy seguro.
Comimos tan bien que la unica pega es que la mesa en la que estuvimos era un poco justa para 5 personas y uno de nosotros tuvo que comer con las patas de la mesa en medio. Quitando eso, la experiencia no pudo ser mejor, mira que no soy la mayor fan del cocido pero me costó no rebañar el plato! Todo riquisimo (mención de honor a la sopa) y unas cantidades que realmente son dificiles de acabar. Desde luego se merecen su buena fama.
Extraordinario. Un cocido que te deja el cuerpo sin sentido.
Se nota cuando un caldo está preparado por horas y horas para concentrar un sabor que no se consigue con potenciadores… juraría que está preparado con cárcasas camperas y punta de jamón.
Éramos 8 personas y nos sirvieron dos cazuelas y dos bandejas como la que se ve. Completas.
Tanto que nos sobraron hasta completas dos tuppers que nos llevamos a nuestra casa. El morcillo, el hueso y jamón estaban tremendos.
Los postres: la tarta de la abuela, tradicional y buen trozo, no subido de dulzor para tapar el resto de sabores. La tarta de frambuesa para amantes de las tartas afrutadas (a mi no me apasionó).
Sin duda uno de los mejores sitios de Madrid para comer cocido. Recomendado para quien quiera probar el verdadero cocido madrileño.
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