Un lugar muy acogedor donde hacer una parada para comer con productos locales y de gran calidad.
Tras la visita del Monasterio de Poblet, reservamos en esta masía, de las de verdad, pomar una buena comida.la teja de calçots de los Mejores que he comido (ya se que es época y tierra de calçots pero estaban deliciosos). Los caracoles a la llaune eran buenísimos, limpios y muy sabrosos. La tablas de quesos de la zona y embutidos con pan tomaquet muy ricos también. Los postres tengo que destacar el matò con miel y el yogurt de membrillo casero.
A pesar de que había un grupo de 60 personas en el comedor de al lado! Nos atendieron a tiempo, sin retrasos y muy bien servidos. La comida estupenda y el trato también. La decoración es muy propia y el lugar con mucho encanto! Volveremos
Un sitio espectacular al que hay que ir si o si, nos prepararon una mesa en la terraza al solecito y nos sirvieron calçots y vino de su propia cosecha. Además de canelones y carne que estaban increíbles.
Lugar acogedor de comida casera. Pedimos unos canelones caseros que estaban buenísimos, una ensalada de bacalao y romescu que nos recomendó la camarera y un entrecot de medio kilo que además te ponen un plato caliente para que mejores el punto de la carne si es necesario. Un detalle. Tienen calçots también. Además tienen una tiendecita en la que venden mermeladas y vinos de elaboración propia. Un gran lugar para volver.
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