Fui por recomendación de un amigo, y he de decir que en general me gustó, pero .. siempre hay algún pero:
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- La comida estaba muy rica. Los calamares fritos muy recomendables, y el postre de tarta de yuca DELICIOSA.
- La atención de los camareros muy amable en todo momento.
- el sitio es bonito y acogedor.
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- Si no vas con reserva difícilmente tengas mesa.
- Debido a su gran público, siempre está lleno, y al no ser muy grande, hay mucho ruido. Concretamente yo me encontré con una mesa de unas 25 personas muy ruidosas. Por suerte nos dejaron cambiarnos de mesa para no tenerlos tan cerca.
- Tardaron mucho en traernos los platos.
El servicio del restaurante correcto. La camarera super maja, te explica lo que es cada plato. Pedimos el menú degustación y todo estaba muy bueno. Lo único "negativo" que podríamos decir es que la cantidad, para dos personas, era un poquito justa si eres de comer bastante. Por lo demás todo correcto. Los postres increíbles, sobretodo el de gelatina y crema de coco.
Primera vez cenando en un filipino. Tenía ganas de probar. Me ha gustado bastante.
El Lumpiang sariwa que es un Crêpe frío relleno de verduras, salsa dulce y cacahuetes tostados estaba Delicioso.
La Brochetas de cerdo marinado al estilo filipino a la parrilla con arroz blanco y fideos salteados con verdura también estaban muy buenos. La brocheta estaba jugosa y con el toque Dulce de la salsa barbacoa filipina.
Los postres tanto el Cassava cake at ice cream: Tarta de yuca con helado de vainilla y la Cheesecake de sabor ube estaban espectaculares, aunque me quedo con la tarta de yuca.
En resumen: buen restaurante asiático si quieres salir de los clásicos japonés y chino.
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