Posiblemente el mejor restaurante mexicano que he probado.
La comida es auténtica, se nota que es casera y las raciones son abundantes
Nachos con un sedoso guacamole casero, crujientes y con una cantidad de ingredientes impresionante. Sabores suaves y naturales, donde se contrastan los sabores refrescantes del pico de gallo con los quesos, que son de verdad, nada de salsas. Los frijoles son intensos, pero sin pasarse. No es excesivamente picante. Vienen en cantidad, la foto es media ración.
El burrito tenía un tamaño considerable y venía con guarnición de pico de gallo. Cochinita pibil muy sabrosa, especiada pero no en demasía. La única pega es que el interior estaba algo frío y tenía tanto jugo que la parte inferior del burrito acabó por desbordarse.
De postre, un flan de elote con una textura esponjosa y un sabor no excesivamente dulce que encantará a los que quieran probar un postre diferente.
Servicio rápido, atento y servicial, siempre dispuesto a explicar la carta y ofrecer recomendaciones a los que tengan dudas.
Cocina mexicana. Calidad y cocina casera. Buen servicio. Excelentes los burritos. Cuidada decoracion, nada ostentosa pero que ubica el espacio. Muy recomendable y un precio mas que correcto.
La sangría de vino y tequila buenísima!
Escasa decoración en el local.
Calidad/cantidad precio, razonable, pedimos tres platos para dos personas y acabamos llenísimos!
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