Cafetería Sueca con un brunch delicioso y con varias opciones de panes y dulces típicos. Un ambiente muy agradable, Jill, la camarera filipina, es un encanto de persona y te hace sentir muy cómodo en el sitio, además de ser muy atenta y disponible. Los platos que hemos probado parecían muy frescos y de alta calidad. El falafel está muy ligero y sabroso, y el fettuccine de salmón es exquisito. En cuanto a los postres, probamos el cheesecake de dulce de leche en su punto perfecto de azúcar, para nada empalagoso, y el carrot cake es ligero y esponjoso.
Muy buena atención, mesas limpias, personal amable, la cafetería cuenta con dos plantas y terraza exterior, es muy grande y las mesas son cómodas.
Cuentan con productos de calidad premium, muchos traídos del otro lado del Atlántico y bastante poco comunes en barcelona.
Ármate de paciencia porque en las horas pico, hay que hacer cola, la demora promedio es de 5/8 minutos, pero vale la pena.
Si estás buscando un sitió acogedor, limpió y cómodo donde puedas disfrutar de un riquísimo café y unos sándwiches de 10 👌 este es el lugar.
La atención por parte de las 3 dependientas muy buena,tengo que destacar el decorado que nos hizo la mujer en el café ( una máquina trabajando) recomiendo esta cafetería ya que calidad/precio va acorde😃
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