silvia hernandez dieguez
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Ayer fuimos a comer sin avisar a las 15:15h y nos cogieron sin ningún problema.
Yo escogí la opción vegana y las camareras fueron muy cuidadas conmigo, asegurándose que cosas sí podía comer y que no.
Mi sorpresa fue cuando vino la cocinera a preguntarme si me importaba que la tempura de verduras estuviera frita en el mismo aceite que todo el resto (no me había pasado JAMÁS en años en un restaurante no vegano) cosa que agradecí mucho.
Las camareras son muy atentas y agradables, se nota que trabajan con cariño hacia el cliente.
La comida estaba deliciosa, se notaba que era todo todo casero. La ensalada super rica aliñada. El onigiri muy curioso, con un relleno muy cítrico y el arroz en el punto perfecto. La sopa de miso fue la mejor que he probado nunca, súper sabrosa, y los fideos udon tenían una textura de ensueño, se deshacían en la boca por completo, aunque los sirven con mucho caldo en vez de salsa y estaba un poco insipido, pero la tempura que los acompaña también estaba super super rica. Por último de postre en el menú vegano me ofrecieron un bizcocho de matcha con azuki, me sorpredió mucho lo rico que estaba y un cafe muy bien preparado (al nivel de cafeterias de especialidad).
Por poner una pega el menú vegano són 3€ más cuando creo que lo único que cambia es el postre, ya que el udon simplemente me lo sirvieron con tempura de verduras sin el marisco/pescado.
Lo recomiendo para personas veganas y no veganas y repetiría por el encanto que tiene el local, el buen servicio de las camareras y la comida completamente casera.
Restaurante japonés con mucho encanto. Es una combinación entre cafetería (se especializan en tés, frappes y otras bebidas con influencia japonesa) y restaurante (ya que tienen platos salados como gyozas, pollo al curry, etc).
Es muy acogedor, con luz tenue, ideal para tomar un postre con uno de los muchos tés de la carta. Además de que todos los dulces que tienen en vitrina tienen muy buena pinta.
La tartaleta de tiramisú estaba muy rica, con diferentes capas y texturas. Sin ser muy dulce y bastante ligera.
El gateau de matcha y chocolate blanco espectacular. Textura ideal, contundente pero al ser poco dulce bastante ligero. Con el toque justo de matcha.
El servicio además muy atento y te explican la carta por si tienes alguna duda. Todo lo sirven con mucho detalle y se nota el esmero.
Es un local pequeño (sábado por la tarde estaba lleno) pero hay rotación en las mesas por lo que no tuvimos que esperar para sentarnos.
Quede con ganas de probar los platos salados, así como otros dulces que tenían en el mostrador, por lo que volveré y lo recomiendo si te gusta este tipo de cocina.
Es un lugar muy mágico y acogedor, tiene una atmósfera única y una decoración muy linda.
El matcha está increíble y los postres que probamos también. Pedimos: Matcha Gâteau y Matcha roll, mi favorito el Gâteau.
Es in lugar muy típico. Muy recomendado.
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