Un lugar muy acogedor y un trato humano inmejorable.
Perfecto para combinar un buena variedad de cócteles con diferentes tapas, a cual mejor y con mucho sabor. La preparación y eleboración de los platos está muy lograda. No podéis iros sin probar las costillas de cerdo (son una maravilla) y el postre estrella de chocolate.
Sin duda repetiremos!
Era la primera vez que íbamos, y la verdad es que nos ha sorprendido. El trato ha sido inmejorable.
El tipo de comida es fusión mediterránea-asiática. Los platos están elaborados al detalle.
Si tuviera que poner un 'pero' solo diría que algún plato podría haber tenido algo más de cantidad, pero en general todo fenomenal.
Local chiquitito pero encantador con cocina abierta, música como acompañamiento y un toque desenfadado. Ofrece diferentes platos para compartir, con sabores muy profundos y trabajados. Encontramos especialmente rico el Risotto de shitake, la burrata y el solomillo de cerdo al foie con frutos rojos. El postre fue la guinda de la noche, un cuadro que bien podría haber inmortalizado la cena en el Abanik, una maravilla! Nos quedamos con las ganas de probar otros platillos pero ya no dábamos más de sí, seguro que volveremos. Ideal para 4 personas, para de esta manera probar todo lo que ofrece este pequeño "Bar" de la Eixample! El servicio estuvo super atento y amable, en todo momento se preocupaban por como iba todo. Destacar por último, que dispone de barra de bar donde realizan cócteles, perfectos para maridar con la comida que ofrece.
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