Una sorpresa muy agradable. Un antiguo telar restaurado y convertido en restaurante. Nos tomamos una cerveza antes de sentarnos a comer y la acompañan de una rebanada de pan con una mini hamburguesa.
Tienen un menú de 10€ que para todos los días está muy bien, dos primeros y dos segundos a elegir, y por ese precio es difícil encontrar algo.
Nosotros comimos a la carta. En un principio íbamos a pedir un par de entrantes y un principal cada uno, pero el camarero nos dijo que las sepias, que era nuestro plato principal, habían venido muy desproporcionadas de tamaño, una muy grande y la otra muy pequeña y que si queríamos pedir otro entrante y compartir la sepia.
Pedimos, revuelto de bacalao, muy buenos, era parecido al bacalao a la dorada portugués pero en este caso con mucho más bacalao que patata, gambones a la plancha, muy ricos y jugosos, revuelto de setas con salsa de torta del Casar, recomendable pedirla, la torta del Casar no mata el sabor de las setas y la sepia con arroz negro, estaba buena, pero quizás nos sobró.
No pedimos postre porque quedamos muy llenos.
En cuanto al servicio,de 10, camareros muy amables. Al ir a pagar nos invitaron a un café y una de las cañas. Sin duda nos acercamos en otra ocasión. Precio ajustado, la factura fuero 50€.
Tomamos el menú de 22€, es un menú degustación, ya hemos venido a este restaurante muchas veces, siempre muy bien, pero, esta última vez me ha parecido que han bajado un poco la calidad.
Francisco Javier Tostado Rodríguez
+5
Buena comida, servicio rápido, los camareros súper agradables, local climatizado y preparado para minusválidos
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