Churrería de las de toda la vida con muy buen chocolate espeso y churros crujientes y grandes, se puede comer tanto dentro, para lo que hay que bajar unas escaleras, como en la terraza fuera a pie de calle. Suele haber bastante gente pero van bastante rápido y esperando un poco enseguida encuentras mesa. Te atienden estupendamente y los precios son muy buenos.
Es una cafetería/churrería donde destaco, positivamente , la limpieza y el trato.
Hemos comido muy bien y es económico.
Estuvimos en dos ocasiones (una vez en terraza y otra en el interior) Si están de vacaciones y no tienen prisa, aconsejo la terraza aunque, el interior es agradable (y eso que fuimos en plena ola de calor)
Cierran a las 15:00 pm
Churrería de toda la vida. Atención de 10. Las porras riquísimas, con un toque crujiente y no son tan aceitosas. En una ración te vienen 5 porras. El chocolate en un punto equilibrio entre amargo y dulce. Me encanta porque es el sitio que te sirven porras incluso por la tarde. En otras cafeterías sólo te sirven porras por las mañanas. El acceso a la cafetería es escalera abajo pero también se puede comer fuera (terraza) que está justo en la calle real.
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