Lugar muy agradable con mesas en el interior y una pequeña terraza. Fuimos dos adultos con un perro y estuvimos en la terraza. El trato por parte de los camareros muy cercano y familiar. La comida estaba muy rica, los alimentos de calidad y caseros. Muy bien presentados los platos. Un sitio muy recomendable para tomar algo tranquilamente.
Un restaurante donde cada tapa y cada plato está cuidado al detalle y hecho por un profesional. No se queda nada corto el servicio y la sonrisa constante de Mari Carmen en la barra. Arganda necesitaba un restaurante asi. Y encima, muy asequible a casi todos los bolsillos. Comes hasta que no puedes mas aunque siempre quieres mas.
Desde que lo conocimos tenemos una visita semanal obligada. Hemos probado platos de carta, sus menús de fin de semana y todo se merece un 10. Los platos son súper generosos de tamaño y nada que ver con otro tipo de comida que he probado en sitios de la zona ya que aquí TODO ES CASERO, hasta los postres y el trabajo de Antonio que es un cocinero excelente, se nota. Además se esfuerzan por una bonita presentación y un trato al cliente único. M Carmen siempre atenta a que no te falte de nada y que te sientas como en casa. Las croquetas, el humus, la ensaladilla rusa, sus tartares y tartas, en fin, todo, podéis elegir cualquier plato que seguro que no os decepcionará. Seguiremos yendo, porque hasta tomar una cerveza con una tapa elaborada es un gusto.
Mil gracias por el trato!
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