La comida está muy rica, diría que todo lo que pedimos fue un acierto. Nada que envidiar a locales de Bilbo.
Gyozas super bien, el curry, la berenjena, el muay thai...
Pegas, no quedaban croquetas, a las 14:00 con un par de mesas ocupadas. De los tres sabores de mochis, no quedaba de mango. Sutilezas, pero la mayor pega, sacan y sacan los platos dejando la mesa llena, y comiendo al final cosas frías. Deberían controlar mejor los tiempos, y no sacar más de dos a la vez.
Aún así, repetiremos, seguro.
Hemos cenado hoy aquí, me gustaría felicitar al cocinero y a Ixone, la camarera que nos ha atendido a lo largo de la cena. Precios justos, raciones abundantes y una comida exiquisita. Hemos sido cuatro personas, nos han servido muy rápido y con muchísima amabilidad. Es la primera de muchísimas veces que vendremos! A pesar de ser fiestas y que el piso de abajo tuviese la música alta, arriba se crea un ambiente mucho más tranquilo y aislado. Una auténtica gozada. Nos ha encantado todo, pero el lomo de buey y las gyozas tanto de langostino como de pollo han sido LO MEJOR!
Cenamos en domingo y disfrutamos de una experiencia única, todo espectacular y exquisito, realmente una explosión de sabores. Súper recomendable 😋
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