Bueno para empezar , las vistas se las echamos al pan tan exquisito, que eso hoy en día se ve poco .
Sinceramente el camarero estuvo atento toda la comida y fue muy agradable , pero algo vistoso fue al ver que para tomar nota de 2 cafés , tuvo que volver de nuevo a preguntar como lo queríamos, y además necesitó a su ayudante para echar los 2 cafés , no me lo explico viendo la experiencia que tienen que tener …
El servicio cuando nos traían los platos la verdad que no tardó demasiado.
Las carnes ibéricas la verdad podrían ser de mejor calidad siendo menos grasas , pero aún así estaban jugosas y bien hechas.
El precio para 3 adultos y 2 niños genial .
Igual pasas por su lado y crees que no te puede sorprender, me gusta ir cuando no hay demasiada gente, suelo pedir un plato de gambas recien cocidas y una presa un poco hecha. Aúnque la verdad, tiene una carta muy variada. Lo lleva una familia y los que te atienden son los hijos del dueño, son estupendos
Buen servicio, calidad y precio ,ahhh super importante que no se vaya nadie sin probar las tartas y postres !!!!! Esquistossssss!!!!
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