Cervecería restaurante con decoración irlandesa, detalles marineros y curiosas antiguedades. El local es muy amplio, con zona de barra y dos comedores. Uno de ellos en el piso superior, con vistas al pintoresco puerto. Ideal para contemplar la puesta de sol. Disponen de terraza acotada por lonas, que se agradece en las noches del litoral gallego.
Su cocina está elaborada con esmero y productos de primera calidad. Gran surtido de cervezas y vinos para acompañar una agradable velada, tanto dentro del local como en el mismo paseo marítimo.
El servicio es muy correcto, con atención al detalle.
Fuimos a comer varios días. Café ecológico muy bueno. La comida muy buena relación calidad precio. El pulpo Excelente, el arroz negro buenísimo. La atención del personal excelente. Las vistas desde el comedor del puerto.
Ismael Dominguez Llanos
+5
No nos decidíamos dónde comer y acabamos en este restaurante. Tenía terraza cubierta y pudimos entrar. No hacía mucho calor y por lo tanto hacia algo de fresco en el interior. Tuvimos que estar un poco tapados pero eso fue lo único "malo".
Nos atendieron muy bien y con mucha paciencia ya que íbamos con dos niños y eso no es fácil.
Pedimos arroces, pimientos de padrón y unas croquetas.
Para beber, un par de kalimotxos y agua.
Los arroces sabrosos, caldosos y copiosos. Comes de sobra.
De postre tarta de queso y flan de cuajada. 2 postres para 4. Suficiente.
Pagamos 120 euros por todo. Muy acorde a lo que comimos de bien tanto en sabor como en cantidad
El lugar en su interior es grande. Muy grande y parece decorado de un museo. El lugar es fantástico y no es sólo un restaurante de esos de "playa".
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