Marco Iago Lourido Rivera (Centolloman)
+4
Es un lugar estupendo, comida muy rica con producto de primera calidad. La atención muy buena, fuimos para una cena de equipo de fútbol sala entre amigos y nos trataron de maravilla la verdad. Habíamos ido por recomendación de un amigo del equipo que se llama Cape, ya había estado allí más veces con otros amigos y con su familia. Por poner un pero, el precio, nos pareció a todos bastante caro. Es un lugar para disfrutar pero para ir muy de vez en cuando si no quieres cargarte el presupuesto para ocio.
Cenamos en el comedor superior; cómodos en cuanto a lo físico, a pesar de estar ocupadas todas las mesas, y menos cómodos en lo acústico, demasiado ruidoso el ambiente, hasta el punto de tener que afinar el oído en la propia mesa. El personal, pues...hubo de todo, desde el intercambio ameno de opiniones hasta quien de repente, sin dirigirse a nosotros, movía mesa, movía sillas, sin pedir permiso o avisar de lo que pretendía hacer, y no entro en más detalles. Cierta brusquedad a priori impropia del local. Nos obsequiaron con un detalle, mientras esperábamos el primer servicio, en modo torrezno sabroso sobre pan frito con queso semifundido. Acertado. Comenzamos con unos saquitos d fino hojaldre rellenos de grelos y langostinos. Encargamos previamente una cuarta pieza, pues el plato eran tres. Una acertada combinación de sabores que conformó un todo acertado, en gusto, presentación y punto de acabado. Luego tomamos berenjenas en tempura sobre salsa de jalapeños - con su característico picor - y langostinos encurtidos. Quizás hubiese envuelto menos las berenjenas, para potenciar su sabor congénito, aunque el resultado fue notable, el picor del jalapeño, con todo, no solapó otros sabores, lo que es de agradecer y supongo que es el objetivo, "matizar". Teníamos ilusión por los huevos escalfados con patatas pochadas y gamba d Huelva, pero nos quedamos muy a medias. Los huevos tenían un excesivo sabor a vinagre ( ? ) y las patatas pochadas estaban semicrudas, como hice saber y comprobó - usando un tenedor y pinchándolas - quien nos atendió como encargado de sala. En la cazuela quedó la base del plato. Rematamos con una tarta de chocolate, con supuesto chocolate negro - tal vez sinónimo de una proporción de cacao al 60 o al 70% - , pero el sabor estaba más cercano a un praline, con acompañamiento de una o un par de fresas naturales fileteadas y nata, seguramente no hecha en el local. Un sabor agradable y una buena presentación, aunque el enunciado teóricamente descriptivo llevase nuestra imaginación por otros derroteros. Tienen buena carta d vinos y champañas, obtando nosotros por un Llopart Brut Nature, quizás almacenado desde hace demasiado tiempo, pues carecía d corona y se notaba en la falta de fuerza, aunque, siendo constructivos, como vino refrescante cumplió, pues sabor casi no había perdido, sin entrar en más profundidades. Ya cuando hice la reserva me explicaron que la clientela habitual no les demanda cavas, por lo que no tiene sentido quejarse más allá del comentario. Sin prisas con el cierre, lo cual es de agradecer. El comedor, con su cristalera que visualiza la planta baja, estéticamente agradable.
Jesús Ángel Pérez-Roca Fernández
+5
Muy buen producto. Camareros atentos. Suele estar lleno así que es muy recomendable reservar antes de ir. Ofrecen pincho con las consumiciones
An error has occurred! Please try again in a few minutes