Ubicado en la playa del mismo nombre, en pleno centro de Águilas, es de ese tipo de establecimientos que en una primera impresión parece que va a ser la típica trampa para turistas; sin embargo, nada más lejos de la realidad, tiene unos extraordinarios precios, y una vez que nos acercamos comprobamos que es bastante modesto: sillas y platos de plástico, sin manteles, una carta más bien de picoteo, etc. No obstante, todo lo que comimos nos gustó, y como he comentado, el precio fue excelente. Estuvimos para cenar, pidiendo media ración de sardinas a la plancha (muy generosa, ocho sardinas buenísimas), dos tortitas de camarones, un montadito de lomo con queso, tres montaditos de queso a la plancha con atún, un calamar a la plancha y una hamburguesa con queso. Con dos cervezas de lata y un refresco, una cuenta de 33 € para tres personas. Nos gustó mucho; no es un lugar para buscar lujos, pero no va a decepcionar.
Bastante bien. Entiendo que al ser un chiringuito no se vuelvan locos con ciertas cosas, pero creo que los vasos y copas debieran ser de cristal, sería un valor añadido. Los vasos vacíos de plástico se vuelan, un vaso de cristal no. Además el cristal es más cómodo para cogerlo y para beber, se disfruta más el trago y mantiene mucho más el frío que el plástico. Las marineras bien, correctas, sin lujos. Los calamares bien, ricos, algo pequeños, pero bien, algo caro para mí gusto. Yo haría muchos cambios, pero claro, como profesional, como público sé a dónde voy y lo que me voy a encontrar. Cubre las expectativas.
Me gustaría aclarar el comentario de Miguel Ángel ya que acabo de verlo. Soy uno de los camareros que le atendió y es cierto que hubo un error por el cual se le pidió disculpas varias veces y se le devolvió el dinero. Realmente he de decirle que el comentario está fuera de lugar y no es nada acertado ni honrado por su parte. Creo que todo el mundo se puede equivocar y no por ello estamos intentando estafar a nadie.
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