Se trata de un resturante pequeño en un pueblo <100 habitantes. El restaurante forma parte de la posada de zorita de los canes.
En mi caso he comido de menú por parte de la posada. El menú es cerrado de un primero y un segundo.
Para hacer el menú te preguntan que te gusta y que no y te lo configuran a medida.
Es un buen sitio para comer si te coge a mano , ha sido una buena experiencia probarlo.
Me habían recomendado este restaurante y fue un acierto. Nos reservaron la mesa más bonita que es en el mirador. Comimos muy bien. El rabo de toro exquisito y la lasaña de corzo muy rica aunque un poquito seca para mi gusto. La tarta de queso un espectáculo, con ese toque de tomillo la hace muy campestre. Un sitio para volver.
Empezaré diciendo que no les doy 5 estrellas por causas que en realidad no dependen de ellos.
Cenar al lado del río supone exponerse a mosquitos y olores procedentes de los juncos.
Esto último afecta a la cena, pues no te permite disfrutarla igual.
Ahora bien, me parece que trabajan con productos de muy buena calidad y que el precio es acorde a éstos.
Cenamos realmente bien, lástima de los bichitos y a veces el olor. De todos modos, esto último dependerá del día y no debe desmerecer el servicio y la comida.
Sitio diferente y recomendable.
Uno de los mejores sitios de la zona, distinto al resto y de mayor calidad (aunque también se refleja lógicamente en su precio).
El ambiente es muy agradable, con vistas desde el salón al río, y el trato del servicio muy amable.
La comida es de calidad y con productos de zona (comimos unos canelones de faisan muy recomendables y un solomillo de ciervo muy jugoso y sabroso). También pedimos unas gyozas correctas y unas berenjenas gratinadas .
De postre una versión de la nocilla (leche, cacao, avellana y azucar por capas) muy rica y dulzona.
Otras veces he ido y tienen carnes a la parrilla como el lagarto o solomillos muy ricos.
Un lugar precioso para comer. Unos camareros estupendos. La comida también muy bien. Si te gusta la carne muy hecha, tienes que pedirla muy hecha+++++ porque si no seguirá medio cruda. La tarta de queso no es la típica de otros sitios tipo bizcocho. A mi mujer y la pareja que venía con nosotros les encantó, pero a mi que me gusta el queso se me hacía muy fuerte, tipo cabrales o azul. Me lo cambiaron por el postre de chocolate 😋😋😋.
Entorno idílico y muy buena ejecución del servicio y de la comida. Lo pongo en este orden porque el sitio de por si ya enamora y es una maravilla. En verano, comer a orilla del Tajo, mientras ves patos y personas disfrutar del río es un regalo. El servicio está a la altura del esfuerzo que supone subir y bajar escaleras constantemente desde cocinas para llevar a la mesa cada plato.
Y la comida, muy buena ejecución. Probamos en temporada el tomate con anchoa con un aceite de oliva virgen extra que te abre el apetito. Probamos las japobravas, unas patatas bravas, un plato sencillo pero con patatas hechas recién cortadas y fritas al estilo pueblo y una salsa picantita que te transporta al lejano oriente. Seguimos con un tataki de bonito macerado espectacularmente. Nos atrevimos con platos más elaborados. El solomillo de ciervo es un plato estrella, ya que es difícil encontrar esta carne en otros lugares y aquí se cocina rosadito y perfecto. Probamos el rabo de toro, quizás el que menos nos gustó de todos los platos, pero no por su sabor, sino porque ya no podíamos más de la cantidad de las raciones. Quisimos acabar con dos postres de la casa. A quien el guste el chocolate, no se puede perder la tarta de galleta y chocolate con crocanti de lacasitos que es un punto final interesante. A quien el gusten las tartas de queso, debe probar uno de los mejores postres que hemos degustado. Una tarta de queso manchego cremosa regada con miel de La Alcarria y coronada por nueces. Ni muy dulce, ni muy melosa, cremosa, sabrosa, y servida en una tarrina que te dan ganas de llevarte a casa.
Al equipo un 10 por su servicio, por la atención, por la amabilidad de ponernos para llevar el ciervo y el rabo de toro que hemos seguido compartiendo en familia, y gracias por dignificar lugares como este antiguo puente sobre el Río Tajo en Zorita de los Canes, en la desconocida y olvidada provincia de Guadalajara, a donde, como bien decía Don Camilo, a la gente no le da la gana de ir, y eso que se pierden!
El sitio esta muy bien, la atencion es muy agradable y rapida sobre todo. Pides cualquier bebida y te la traen enseguida.
Nosotros pedimos una ensalada de mango, que estaba buenísima, y un chuletón de 1kg que estaba increíble. A los postres no llegamos me quede con ganas de probar la tarta de queso.. quizas en otra ocasion!
Esta genial lo de cenar al lado del rio.
Advertencia para quien no le gusten los gatos, hay 4 o 5 por ahí merodeando todo el rato, y si de vez en cuando viene un poquito de olor a rio. Pero nada que molestase mucho, y no se si seria suerte o no. Pero no hubo apenas mosquitos.
Que pena que este en un pueblo tan “escondido” pero nos encantó!! Recomendable 100%
Varías personas me habían recomendado este sitio. El sitio es chulo, a orillas del Tajo.
La comida es excelente. De plato principal probamos los canelones de faisán (buenísimos) y la entraña (muy buena). De postes la tarta de queso y la nocilla, me encantaron.
Una oferta muy moderna y variada, totalmente diferente de los restaurantes de la zona. Repetiremos fijo
Juan Antonio Cuenca Parra
+4
Sitio muy agradable para comer, comida de calidad a buen precio. Nada que ver con el bar de enfrente de los mismos dueños, malas tapas, caro y camarera grosera. Al pedirle el ticket después de parecerme cara la cuenta, me dice que lo tiene que hacer a mano, le pido que lo haga y con malos modos me dice ‘’ nene me debes un euro más’’ molesta por pedirle el ticket. Cañas y tercios a 3€ en un bar de pueblo malo. Ahí si que no vuelvo desde luego.
Un sitio diferente para cenar en pareja junto al río y la verdad la atención muy buena y la comida excelente es un sitio que si pueden escaparse merece la pena
Un sitio precioso una atención genial, es cierto que no es del todo barato pero merece la pena comer allí , la calidad presentación de los platos buenísima repetiremos
Comimos en el mirador con vistas al río y espectacular, el trato también genial super amables.
La comida buena pero un poco pasados de precio los entrantes y las carrilleras demasiado dulces para mi gusto, la tarta de queso muy recomendable
Oscar Rivadeneira del Cid
+5
Tuvimos suerte, ya que era sábado al mediodía e íbamos sin reserva y nos hicieron un hueco para 2. Además, nos dejaron pasar con nuestra perrita. Y la mesa, a orillas del río. Los camareros súper majos, atentos y rápidos, y más teniendo en cuenta que tenían una boda! Pedimos carnaza y no defraudó, el vacío argentino y el rabo de toro impresionantes!. Los cócteles deliciosos. Muy agradecidos y satisfechos.
Cenamos a mediados de julio una pareja amiga y yo allí (me llevaron mis amigos que ya lo conocían) el tomate corazón de buey con la sardina ahumada impresionante de rico.
También me encantó la ensalada de mango.
La parrillada uruguaya estaba bastante bien.
No me pareció nada caro porque el nivel de cocina es óptimo. Volveré.
El servicio rápido, amable y profesional.
Los callos de 10, los mejores que he comido en bastante tiempo. Las alubias con boletus estaban bien aunque me decepcionaron un poco. Las carrilleras muy buenas.
Los postres son un poco caros. En concreto el arroz con leche no estaba a la altura de lo esperado, sin embargo la tarta de zanahoria superó las expectativas.
En general las raciones no son muy abundantes pero he de decir que "la abuela Maravillas" es una buena elección para comer en Zorita de los Canes.
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