Cenar, comer y almorzar aquí es un placer. Es mi rincón preferido, exquisito. Es un lugar donde te sientes como en casa, buena comida en buena compañía. Cuidan ofreciéndote un trato personal, el mejor servicio, y una comida excepcional. Dónde sus menús te dan la seguridad 100% de que son sin gluten. Te sientes súper tranquil@.
Ayer comimos aquí, menu de sabado mediodia 15€. Buen servicio, rápido, atentos, simpáticos y agradables. No faltó nunca de nada. Local muy limpio, moderno, bien aclimatado. Para primeros en menu no se puede elegir: son croquetas, tostada de sobrasada y ensalada de queso de cabra, todo en un pack.
Para segundos elegí arroz a banda, no acerté y no lo recomiendo, solo es arroz. Había algun trocito de sepia, muy pequeñito y escaso, el arroz a banda solo es arroz seco. Pedi vino de la casa y, para mi gusto, también la copa era muy escasa, pedi dos veces. Buñuelos de bacalao, parecian caseros, estaban bien.
Detrás nos tocó un grupo de personas de las que no pueden hablar a un tono normal, necesitan que todo el mundo escuche su conversación… pero de eso el local no puede elegir.. solo es una anécdota que ocurre en cualquier lugar.
El resto de platos eran bastante buenos y apetecibles, en general fue una buena experiencia.
La comida está buenísima, y la atención del personal es genial. Soy celiaca y comer allí es sentirme segura. La dueña tiene dos hijos celiacos, por lo que controla la contaminación cruzada al 100%. Incluso si el comensal de al lado bebe cerveza y compartís plato, trae cubiertos a parte para evitar la contaminación cruzada (ya os digo que tienen mucho cuidado). Muchas opciones y postres riquísimos ❤️
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