Lugar muy agradable para comer. La calidad del producto exquisita, quizás algo elevado el precio, pero valía la pena.
Nos atendieron de manera muy atenta y amable.
Como recomendación: gamba blanca de Huelva, besugo a la brasa y txangurro.
Un lugar con una calidad excepcional de materia prima y con una cocina que realza al máximo los sabores y te hace disfrutar de una experiencia gastronómica única. Dispone de una amplia carta de vinos, un personal diligente y amable, y unos precios muy razonables para el deleite que supone su carta para nuestro paladar. De los sitios que no hay que dejar de visitar en Vitoria.
He de decir que la comida espectacular, cierto es q tardaron un poco al principio, xo tb he de decir que la camarera más joven y el camarero pidieron disculpas en varias ocasiones por la tardanza.
Sin embargo, me fastidia no poder poner mejor puntuación por la camarera más mayor q nos atendió comanda. Aparte de borde y ver hablar mal a sus compañeros... Pedimos jarra de agua al principio y se nos trajo. Pero cdo estábamos con el postre le pedimos más agua y nos trajo ella botella. Le dijimos q queríamos jarra como la primera vez y su respuesta fue a bueno no pasa nada bebedla igualmente. Cual nuestra sorpresa q se nos cobró dicha botella. 3'50€ no dijimos más. Pero quiero q se tenga en cuenta para q no vuelva a ocurrir a nadie. Lo dicho comida espectacular y excepto el trato de esa camarera el resto perfecto.
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