A los pies de La Musara, frente al pequeño mirador con bonitas vistas a la emblemática montaña tarraconense, desde 1999 este restaurante
familiar ofrece la cocina de siempre hecha como en casa. Es una cocina sencilla, de pueblo, casera, pero con todos los sabores y olores que dan los chups-chups y las horas en los fogones. En definitiva, platos de toda la vida y con una buena relación calidad/precio. Los postres también se hacen en la casa. El restaurante trabaja también muy bien el producto de temporada. Así, cabe mencionar las setas de otoño y el aceite de oliva arbequina virgen extra de la Cooperativa de Vilaplana condimentado con especie. El comedor es pequeño, sólo para unos 45 comensales. Ocupa los bajos de la casa solariega. Antes era el establo
que la familia convirtieron en un rústico local, que conserva la piedra vista y las vigas de madera; un espacio agradable y acogedor, en el centro de la localidad de Vilaplana. Tienen un menú semanal por 12,50 euros y los fines de semana, conviene reservar mesa anticipadamente, por 24,00 euros. El precio medio sale por unos 30 euros. En la bodega tienen unas 50 referencias. El vino de la casa es el Robledal joven, de Vilallonga, 9,00 euros. Entre las especialidades hay que tener en cuenta la escudella catalana, 9,00; canelones caseros
de carne, 8,00; macarrones con queso, 6,00; caracoles a la llauna o la gourmanda (20 minutos), 12,00; bacalao gratinado, con salsa de romesco
o alioli, 14,00; paletilla de cordero lechal al horno, 19,00, junto con el “chupetón” de ternera a la piedra, 23,00 y el filete de ternera a la piedra, 17,00; pies de cerdo estofados con setas, 11,00; y la carne de caza, estofado de jabalí, 14,00 y solomillo de ciervo adobado a la plancha, 14,00; y a la hora del postre, el coque con avellanas
tostadas, 3,80; y la crema catalana casera, 3,80.
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