Estupendo restaurante atendido por una chica muy amable y simpática.
La comida muy buena con una mezcla de sabores espectacular. El tomate relleno de humus muy bueno, las gambas al ajillo muy buen género y un sabor impresionante, con una chispita de picante, fue la cazuelita para la cocina que no hacía falta fregarla. Las patatas ricas y la tarta de queso muy cremosa. Cena genial, hay que volver. Pongamos en valor la gente que lucha en los barrios con cocina de categoria
Una sorpresa muy buena, fuimos a comer un sábado y es que estaba todo riquísimo. Primero la atención de 10, nos atendió una chica muy agradable que a parecer es la dueña del restaurante. Entonces pedimos todo para compartir, todo un acierto pedimos patata rancheras, paratha, palomitas de pollo BBQ, panceta de cerdo y mejillones y por último rabo de toro. Me sorprendió mucho porque habían mezclas que lo esperaban que estuvieran tan ricas, así que lo recomiendo 100% y volveré a probar lo que me falta.
Un descubrimiento en el barrio de la Victoria. Seguramente el comedor no sea lo más bonito pero la atención y la comida merecen mucho la pena.
En otro caso quizá no le daría un 5 por el comedor pero me parece que cuando alguien hace una apuesta diferente, merece reconocimiento.
El tomate relleno de hummus está espectacular, incluso yo le quitaría la lechuga que ponen en la base.
Las patatas glasa supersuaves y muy sabrosas.
La gambas al ajillo muy ricas también, aunque quizá lo que menos me llamó la atención.
Y el pulpo que preparan también diferente y para mí muy bueno.
De postre compartimos un arroz con leche que estaba delicioso.
La atención de la camarera perfecta, muy agradable.
Seguro que repetimos. Además el precio muy ajustado, 25 euros por persona.
He estado en este restaurante en dos ocasiones, y la primera muy bien, probando varios platos de la carta, todo rico y con un toque diferente, fusionando varias cocinas. No le otorgo 5 estrellas ya que la segunda ocasión fuimos a comer un día entre semana y no había opción de pedir carta, tenía que ser menú si o si, el menú en cuanto a cantidad muy bien, pero tampoco su variedad y elaboración era para tirar cohetes. Es una pena que vayas a un restaurante, además acompañado para probar sus platos y encontrarte con que no puedas pedir nada.
La camarera muy agradable y atenta.
El local limpio pero muy sencillo, entiendo que si la cosa funciona y con el paso del tiempo necesitaría de una reforma del comedor, haciéndolo algo más actual y acogedor. Ya que apenas ha sufrido cambios respecto al local anterior (Aliste)
Un lugar en pleno barrio de La Victoria, en el que te encuentras como en casa. El servicio es mejor que bueno y la comida para felicitar al cocinero. No es nada caro, el tiempo de espera muy poquito y un sabor a comida casera increíble. Todo el producto tratado a mimo, el sabor de la comida nos encantó!!! Las patatas rancheras son naturales y gran cantidad, buenísimas, la focaccia mezcla barios sabores increíble, el rabo de toro muy tierno con puré de patata y las croquetas de jamón super crujientes y melosas.
Si no conoces este lugar, deberías.
Local amplio, trato agradable, comida de calidad y cantidad acorde al precio. Muy recomendable!!
Todo estaba muy rico
El tomate con hummus me pareció espectacular por la frescura que aportaba en conjunto , las palomitas de pollo me sorprendieron tanto en sabor como en textura y el rabo de toro con el puré era un plato muy redondo,la carne muy tierna y la salsa muy rica.
Muchas gracias por el trato
Repetiremos seguro
Domingo Cuadrado Monge
+4
Comimos un grupo de amigos con menú encargado muy buena atención
Primero unos entrantes y luego Merluza o Carrilladas postres tarta de queso o Tiramisu con café y nos invitaron a un chupito por 30€
Seguro volvemos
No es un sitio típico sibarita pero se come muy bien y rico.
No hay un plato que no me gustara. El tomate está de vicio, y el pulpo delicioso con su patata que no puedes parar de comer. Platos de categoría por muy buen precio. Y el trato excelente.
Decidí acudir simplemente por haber visto fotos de la carta. Sin ánimo de ofender es un bar de barrio con un comedor muy normalito en cuanto a decoración y mobiliario. No te dejes engañar. Lo que importa es el buen yantar y de eso saldrás muy contento. Platos típicos pero con un toque ¿indio? muy sutil. Todo sabroso pero lo que me terminó de ganar fue la tarta de queso. Madre mía. Jugosa a rabiar no esos trozos de tarta que te ponen en otros lugares que parecen trozos de hormigón con sirope barato. A esta no le hace falta nada. La camarera amabilísima. Una grata primera visita de las vendrán muchas más.
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