Angel Luis Canovas Camino
+5
Restaurante con solera. Menú diario casero y muy económico, 12€. Mucha variedad de platos y de postres. Cocido muy bueno y abundante. Servicio súper eficiente. Para repetir.
Bar restaurante de los de toda la vida, con solera, situado muy cerca de la estación de tren, local decorado con ambiente ferroviario, algunas cosas muy originales.
También tienen una cueva muy chula, para celebraciones y eventos.
La atención recibida es inmejorable la camarera está en todo momento muy atenta, y muy profesional.
La comida es casera, muy rico todo lo que comimos y bien presentado.
Disponen de menú diario al mediodía a 12€ , con primero, segundo, postre, bebida y pan, algo muy razonable para lo que ofrecen, y el café por un euro más.
Buenísima relación calidad precio.
Es un sitio que hemos descubierto por casualidad por decirlo así , por que según su historia este bar es un clásico y tiene mucha antigüedad . Unos 100 años casi nada Su decoración guarda historia. Se come genial típica comida castellana,sin duda volveremos. La atención es muy buena.
Sabían que tenía un poco de prisa y me pusieron el menú rapidísimo, además de estar todo muy bueno. Los huevos rotos espectaculares
Fui con unas amiga , cenamos de raciones y nos sorprendió muy gratamente estaba todo muy bueno , la camarera ademas de simpatiquisimas , nos asesoro en todo momento ,muy bien , el local es muy antiguo pero tiene esa solera , de antes con decoración de trenes .
JUAN CARLOS ROMANILLOS
+5
Clásico de Valladolid, un genuino ambiente ferroviario, bohemio y de toda la vida. El equipo, profesionales de solera con juventud de apoyo, un equilibrio de lujo. Cocina tradicional y sabrosa con una excelente relación calidad - precio. Muy recomendable.
Lugar emblemático por el que han pasado varias generaciones y gente de todas las edades,buenos menús,buen patio sobre todo para verano,bodega para fiestas y buen trato.
El servicio muy bien y la comida fantástica,!! es un sitio, emblemático de 150 años, pero muy bien!!
Mi experiencia remonta a hace 30 años siendo el típico bar al que iba con mis amigos cuando era adolescente, porque era barato y siempre estaba lleno de chavalada.
Y ya cuando creces dejas de ir, vives fuera, te cambian los amigos...
Pero un día quedamos con un amigo y nos llevó a este bar. Y la experiencia me remontó a la edad de mis 16 -18 años.
Actualmente sigue igual de como lo recuerdo. La misma decoración el mismo tipo de clientes...
Es como volver a mi pasado, el bar que nos vio crecer y aun sigue conservando esa esencia de juventud de finales de los 80.
Desde hace 1 mes quedamos todos los miércoles por la tarde para recordar viejos tiempos en este bar.
El trato por parte de los camarer@s es genial son muy atentos y serviciales.
Seguid asi, no cambiéis esa esencia.
Si lo que te gusta es la comida casera, éste es el sitio. Menú amplio y raciones generosas. Todo muy bueno
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