El nombre lo dice todo:
- Bar: pequeño y acogedor, tradicional, espacio en el que compartir con familia y/o amigos. 🥂🍻
- Casa: sin duda, comida de las de toda la vida, altísima calidad culinaria en cocina de cuchara. Si cierras los ojos, te retrotraerás a la mesa de antaño, a la cocina de tu abuela,
Vine por casualidad, solo con ver el sitio por fuera ya te da la impresión que vas a comer bien, estaba trabajando por la zona, me tomé una caña y reservé para media hora después… Ya con el aperitivo que me puso me ganó…. una crema de calabacín de las buenas…bueno, al lío, la atención muy buena, te
Sensacional trato. Orientación en cuanto a tamaño de las raciones y los platos, genial. Las raciones son abundantes y es comida casera 100%. Estamos en Valladolid de paso, pero el domingo volveremos seguro.
Llegamos de casualidad, buscando dónde comer y fué un acierto...
Comida casera muy buena, raciones abundantes...
El trato muy bueno... No dejéis de ir. El Rabo de toro y las Carrilleras espectaculares, las alcachofas a la plancha, increíbles... Y el helado casero de mandarina... Brutal...
Seguro rep
Restaurante con un comedor pequeño, no apto para grupos grandes,calculo que maximo 10 o 12 personas.El servicio es bueno y el cocido está muy bueno y las cantidades son generosas.
Estupenda cocinera y mejor persona. Trato exquisito y cercano.
Todos los guisos de Begoña son magníficos, pero las cocochas son inigualables!!
La comida buenísima, el trato también. No se lleva las 5 estrellas por la tardanza. Son sólo dos personas y una de ellas además, cocina. Entiendo que les cueste llegar. Pero el cliente no tiene la culpa.
Por lo demás genial: la comida espectacular, el trato muy atento (dentro de su capacidad debido
Comida casera de toda la vida, callos, manitas , caracoles, rabo de toro, guisos de los que te hacía tu madre...
el local es pequeño pero acogedor, mejor reservar ya que tiene pocas mesas, difícil aparcar en la misma calle,
Todo genial
Una oferta gastronómica variada, y muy bien elaborada, al igual que la carta de vinos, muy bien seleccionada. Un establecimiento que nada tiene que envidiar a otros cercanos y con cierta solera.
Mucha calidad en un ambiente muy agradable.
Una tabernita, bonita con una tapa casera los días de diario de rechupete. Gran variedad de vinos y raciones, todas de una gran calidad y con una elaboración de gran esmero.
El trato muy correcto y el ambiente agradable y tranquilo
Comida casera muy rica, muy recomendable el risotto y el rato de toro. La pega es que hemos pedido 2 postres y nos ha puesto 4 y nos han parecido algo caros (24€).
Solo hay 2 mesas así que es recomendable reservar. En la cuenta no especifica a qué se refiere cada precio.
Espectacular los guisos que hace Begoña y a los que le gusta los caracoles muy recomendados.Tambien muy buenos vinos.
Lo recomiendo si vas a Valladolid.
Si hay que poner un pero es pequeñito pocas mesas y un poco retirado de la zona habitual turística pero yo lo RECOMIENDO procuro ir cada vez que vo
Los caracoles espectaculares, en general todo y el trato fenomenal
En pocas palabras, es como ir a comer a casa de tu madre!
Todo lo que he probado me ha encantado , las carrilleras, el cocido de 10,los buñuelos de queso de cabra son deliciosos,hasta el café está rico.
Un placer tener a Begoña y su cocina tan cerca.
Muy recomendable!
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