Ambiente acogedor con decoración retro-industrial.
Cocina de fusión poniendo por delante el producto. Mezcla de sabores que hacen de la comida una experiencia intensa. Recomendable y por supuesto que volveremos a ver con que nos sorprenden.
Sitio perfecto para una buena comida. Calidad de los platos, sitio muy bonito y trato muy profesional a la par que cercano. Fui con los amigos y seguro que repetiremos. Nos trataron genial.
Fantástico sitio para comer. Comida exquisita, diferente y bien elaborada . Atención extraordinaria y servicio rápido. Excelente calidad precio sin duda volveremos 😀
Fuimos a cenar sin reserva en la terraza , nos atendieron muy rápido , gustó mucho , la carne riquísima , las croquetas cremosas , el langostino riquísimo , la camarera muy amable y rápida , los precios van acorde a la calidad de la comida , somos del barrio así que volveremos
Como siempre, maravilloso. Uno de mis restaurantes de referencia en Valladolid. Calidad de los productos soberbia y elaboración sensacional con toque exótico.
Carmen Valverde Sañudo
+4
Estuve comiendo con amigas y como una es alérgica al marisco no pudimos degustar la mayoría de los platos que nos ofertaron, pero estuvieron súper pendientes en todo momento y nos dieron alternativas riquísimas, así que se agradece mucho que sean tan estrictos con ésto, la verdad. Me quedé con ganas de probar más cosas así que tendremos que volver en otra ocasión. Muchísimas gracias por todo 😊
Comida original con un producto de 10.
Primera visita a este local referente en Valladolid. En este caso pedimos varios entrantes para compartir (entre 4) y un principal por cabeza. Pese a que nos comentaron que era demasiada comida, en nuestro caso fue la cantidad idónea.
Brocheta de brócoli y niguiri de huevo de codorniz con trufa, dos clásicos y para mi gusto obligatorios. Muy buenos.
Huevos rotos japoneses, con atún rojo de gran calidad y en buena cantidad.
Croquetas, buenas pero sin destacar nada en concreto, al igual que otro de sus clásicos, las patatas kimchie. Igualmente buenas, pero sin ser espectaculares como muchos de los otros platos que probamos. Además en este caso hubo un pequeño error y nos las trajeron con los principales alegando que acompañaban a uno de ellos cuando en realidad es una ración más que se cobra a parte tal y como habíamos pedido.
Obligatoria también su famosa hamburguesa. Carne excepcional, pan brioche y un sabor increíble. (Es mini)
Por último como principales, 2 de sus clásicos de carne y 2 pescados. Los 4, pese a que me repita, excepcionales y con una calidad tremenda.
Presa a la parrilla, se deshace en la boca, suave y en su punto.
Costilla teriyaki cocinada a baja temperatura. Melosa, más de los mismo. Se nota la calidad de la carne de este local
En cuanto a los pescados, 2 fuera de carta, en este caso tradito de pez limón y sashimi. Los 2 muy buenos, pero la ración es muy escasa. Eso sí, elaboración de 10.
En los postres, luces y sombras. La tarta de queso muy buena, cremosa y en su punto.
La torrija, en nuestro caso no apasionó. El helado estaba arenoso fruto de la cantidad de hielo, quizás sea consecuencia del tiempo que llevaba hecho y no siempre sea así. Volveremos para comprobarlo :)
La atención fue agradable y pese a ir a última hora a comer, no sentimos la presión de tener que comer rápido para irnos.
Le quito una estrella por los pequeños detalles pequeños "fallos" y porque es cierto que en nuestro caso nos ha costado animarnos a ir por no tener carta. Entendemos que el trabajar con un producto de temporada hace que sea difícil, pero al comensal se le hace imposible recordar la cantidad de platos que te ofrecen de forma rápida. Por no hablar de que no sabes lo que te van a cobrar por cada plato salvo que lo preguntes...
En cuanto al precio, es cierto que es un sitio caro, pero no mucho más que otros y es importante tener presente la calidad del producto con el que se trabaja y la indudable mano del chef para tratarlos y no maltratarlos.
Volveremos sin duda a probar más cosas.
David Fraile (Pegaso121080)
+5
Resumiendo, lo que pidas está bueno pero voy a desarrollar un poco la reseña:
Atención y servicio muy cercano y atento, además de cuidado y rápido.
Carta con código QR, además de sugerencias de producto fresco y de temporada que suele merecer la pena.
Cocina de fusión pero respetando mucho el producto principal. Hay clásicos de la carta que merece la pena probar, cómo las patatas kimchi, la mini hamburguesa, la costilla que es un 10 o la ensalada de Burrata entre otros platos de carnes a la brasa.
Me iba a dejar sin citar la brocheta de brócoli (y eso que no soy muy de verduras), sus croquetas, la presa, el atún rojo en temporada, insisto, creo que no he probado un plato que no me haya gustado o sorprendido.
Si además te gustan los vinos, es de los pocos locales que guardan añadas anteriores y con amplia bodega y que te saben "recomendar".
No quiero olvidarme de los postres, particularmente me encanta la leche de Tordesillas, hoy me sorprendió su Creme Brulee, y muy rica también la torrija y la tarta de queso.
Muy recomendable. Platos elaborados con sabores originales y deliciosos. Vajilla y cubertería muy cuidada. Servicio atento y amable. Volveremos.
Todo un descubrimiento. Platos minimalistas y muy cuidados al detalle. Cogimos para repartir entre quienes estábamos y el servicio era rápido, casi antes de acabar un plato ya teníamos el siguiente. Muy amables. Seguramente repitamos.
Como pega pondría que no tienen carta cerrada como tal, pides al azar sin saber precios según te enumeran lo que hay.
Restaurante interesante ubicado en Villa de Prado. Recetas originales y muy buena materia prima. El camarero nos hizo adecuadas recomendaciones. Buen ambiente. La tarta de queso maravillosa. Repetiré. Como sugerencia sería deseable que te explicaran el precio de las cosas, sobre todo el vino, sin tener que preguntarlo.
Tomamos el menú de 16€ q incluye primero, segundo, postre, café y bebida.
Dos opciones de primero, dos de segundo y dos de postre.
De primero había ensalada y judiones.
De segundo entrecot y merluza.
De postre tarta de queso y helado de frambuesa.
La comida está muy muy buena, bien presentada y de buena calidad.
Muy muy ricas las patatas: chips caseras con especias.
Las raciones son pequeñas, no escandalosamente pequeñas, pero no para "buenos comedores"
La cocina no va rápida, tardan bastante en preparar los platos.
Los camareros no son rápidos tampoco, sí amables.
En general volvería porque no me parece caro para la calidad pero yo me quedé con hambre.
Se hace raro un restaurante sin carta pero la verdad es que repetiré. La atención fue muy buena y los platos que pedimos nos encantaron, en concreto la costilla estaba de 10, totalmente recomendable. Si tengo que poner una pega sería la torrija que estaba más quemada de la cuenta y se perdía el sabor, pero el postre de chocolate lo compensó con creces.
Me ha encantado, es mi nuevo restaurante favorito. La brocheta de brócoli es deliciosa, nunca había probado nada igual. Las patatas y los langostinos también están riquísimos. Hasta la cerveza me supo buenísima. La camarera fue muy agradable y servicial. El restaurante por dentro está muy bien decorado, excepto los espejos del baño que marean un poco y son poco útiles.
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