Francés de paso por Urduliz, pasé un poco por casualidad... que hacía las cosas bien.
Es un pequeño restaurante rural, muy limpio, de cocina sencilla pero buena, con una clientela mayoritaria de albañiles. La bienvenida y el servicio son amables y eficientes.
Es un establecimiento al que seguro volveré si mis pasos me llevan de nuevo a Bizkaia.
Solo hemos desayunado, café y tostadas pero tenían muchos bocadillitos en la barra y las tortillas tenían una pinta espectacular, el chico muy amable, rápido, educado, etc un bar de barrio de los de antes, en los que te sientes como en casa😉
Sitio espectacular con gran atención y comida muy rica. El café y su preparación de espuma de 10 😋
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