Todo increíble. Llegamos y un ambiente tranquilo y acogedor. La comida no se podía mejorar, alucinamos con cada uno de los platos, y ya ni hablar de los postres, ¡inmejorables!
Calidad-precio super bien.
Pedimos cuatro platos para 4 personas y comimos bien, las cantidades correctas.
La ensaladilla me gustó mucho y el pollo estaba bien aunque lo que venia debajo como acompañante no me pareció lo mejor. Las patatas bravas estaban buenas pero las patatas no me hicieron especial gracia al estar cocidas. Los langostinos al ajillo estuvieron buenos.
El lugar es muy bonito y diáfano, además el servicio estuvo bastante bien. La comida estaba buena aunque tampoco me pareció nada del otro mundo, si es cierto que era muy diferente, lo que permite probar muchas cosas nuevas. Nosotros probamos:
- patatas bravas, bastante ricas
- langostinos al ajillo, muy distintos y buenos aunque no venia mucha cantidad
- ensaladilla de tartar de gambas, a mi personalmente no me gustó pero al resto de comensales si
- pollo, estaba muy bueno y tenía un toque asiático
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