Felipe San Segundo Bartolomé
+5
Reservamos para comer puesto que fuimos el día del Pilar y estaba todo lleno, comimos en la terraza y fue un acierto con el buen tiempo que hizo, pues el propio edificio hacía sombra a la hora de comer, aunque también tienen toldos. Para empezar te obsequian con un gazpacho mientras esperas la comida, pedimos judiones, croquetas y torreznos de entrantes, cochinillo y bacalao de segundo y postres caseros (tarta de limones, tarta de queso), todo muy bueno y el asado espectacular. Para los niños un menú infantil: pasta boloñesa, filetes de lomo, postre y agua por el precio que en otros sitios te cobran un plato combinado. Si le añades vistas al Acueducto y los exteriores de la ciudad, un completo acierto.
El trato del personal inmejorable, la comida muy buena pero si es cierto que cuando pagas por un cuarto de cordero 60 euros esperas algo INMEJORABLE, estaba muy bueno pero desde mi punto de vista, con un precio tan elevado casi se te tienen que saltar las lagrimas y no ha sido el caso. Me ha parecido que calidad precio no es algo justo. También nos ha sorprendido el precio de unas patatas fritas a 6,50. Aún con esas, nos ha parecido muy rico y muy buen trato pero considero que con toda la oferta que hay en Segovia, no le hace justicia el precio
Muy buena situación, cerca del acueducto, pero fuera del casco histórico, se ubica este restaurante, que sin tener la fama de otros conocidos asadores, puede presumir de una calidad similares.
De entrante nos pusieron crema de verduras, cortesía de la casa, muy suave y que entraba genial.
Además pedimos una ración de croquetas de jamón y cecina. Estaban buenas pero yo le encontré un regusto a la bechamel que no me terminó de gustar, en cambio a mi pareja le encantaron.
Yo cogí el menú con cochinillo, que de primero incluía sopa castellana y judiones. La sopa me gustó mucho, los judiones me resultaron un tanto sosos pero estaban bien.
En cuanto al cochinillo, el plato por el que mas se conoce a esta ciudad, simplemente sensacional. Se nota la experiencia y el mino que le ponen a este producto
Reservamos para garantizarnos mesa.
El restaurante estaba totalmente lleno. Nos pusieron de aperitivo obsequio de la casa paté de cochinillo, que estaba muy bueno.
Pedimos degustacion de judiones, 1/4 de cordero para dos, acompañado de una ensalada mixta, y ponche segoviano de postre.
Todo estaba muy bueno.
El único pero es que los precios son un poco caros.
Más de 50 € por persona.
A pesar del tema del precio, totalmente recomendable.
Y con parking público en la puerta del restaurante.
Reservé en terraza, aún así zona tranquila con relativas vistas al Acueducto. La comida, toda, buenísima. Detalles como las olivas, tapa de cecina, galletas con el café, chupito, todo perfecto. Servicio atento, amable y rápido. El precio, para pedir 2 primeros, 2 segundos, una ración de degustación, 1 postre, café, 3 copas de vino y 2 botellas agua lo encontré muy correcto. La verdad muy contento y lo recomiendo sin dudar.
La comida deliciosa con productos de calidad. El boletus con langostinos está espectacular! El servicio rápido y amable, hubo unos cuantos errores en nuestra orden pero fuera de eso muy recomendado!
Ya es la tercera vez que voy a comer a este asador y creo que han mejorado bastante el servicio y la atención. El cochinillo estaba espectacular, la carne se desprendía del hueso con mucha facilidad mientras la piel estaba súper crujiente. El postre también estaba espectacular, panacota de café y cacao. Buena atención y servicio, ponen una mesa auxiliar y preparan todo ahí. Y desde la terraza se puede ver el acueducto.
Un asador donde los platos que no son asados mantienen un buen nivel. Quizás el mejor cordero que nunca probé. Hace años que no visito José María y Cándido, sus dos afamados competidores, pero dudo que igualen a Maribel en la elaboración del cordero asado. Las raciones son generosas con la opción de medias raciones en algunos platos. El servicio resulta eficaz y profesional aconsejando bien sobre las cantidades a pedir. Un local no ubicado en el centro de la ciudad y unos precios de bebidas y postres inflados impiden dar cinco estrellas a este gran restaurante segoviano.
Reservamos para dos, y nos quedamos en la terraza. Un pequeño error si te molestan los coches que pasan constantemente o alguien que fume al lado. Aunque el tiempo fue estupendo y la mesa amplia.
Los camareros, atentos y correctos en todo.
Respecto a la comida, como luego dijo mi mujer, deberíamos haber ido a lo seguro: el menú de judiones de la Granja y cochinillo. 41€ por persona con todo y seguro que excelente. Aunque no nos apetecía comer muy fuerte, así que apostamos por entrantes compartidos.
Los pimientos al horno con ventresca: los esperaba calientes y eran fríos; error mío. La combinación con cebolla caramelizada, muy buena. No repetiría.
La ensalada de perdiz escabechada: buen aliño y la perdiz muy rica, pero muchísima lechuga para mi gusto.
Los judiones de la Granja: espectaculares. Casi obligatorios aquí.
De postres, pedimos ponche; exquisito. Arroz con leche con helado: muy bueno y con un punto aromático muy interesante, como de amareto. Aquí me pudo la gula y pedí un helado artesanal de nata con piñones. Muuuuy flojo; desdibujó el momento final.
En fin, todo rico, pero creo que la experiencia no vale el precio que pagamos. 90€ para dos personas (fuera de menú, eso sí).
Me llaman por el nombre
+5
Entiendo las buenas reseñas. Trato excelente, gracias Óscar, muy buena atención. Los asturianos quedaron alucinados con los judiones, el cochinillo, el chuletón, LA TARTA DE QUESO BRUTAL y el helado artesano de chocolate blanco.
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