Buen sitio para tomar vinos y picar algo, como el pazo tizón (ribeiro) que nunca defrauda, El personal de 10, destacable la ganache de chocolate negro con aceite y sal, la tarta de queso azul con compota de manzana también muy rica .
Local pequeño, situado entre dos calles, cuenta con mesas exteriores en una de ellas.
Fui con mi perra y la trataron muy bien, ofreciéndole agua e incluso “premios”.
La comida genial y abundante. El trato excelente.
Se encuentra en el centro pero no está masificado del turistas ni peregrinos, así que disfrutamos de una comida tranquila y de una calidad excepcional.
Lucía y su ayudante unos cocineros excelentes, y Corona la camarera un encanto de mujer. La comida casera y el trato de 10, nos encantó todo lo que pedimos el primer día que al siguiente repetimos en ir a comer para probar más platos. El pan que ponen es un lujo y muy serviciales. Calidad/precio muy bien. Volvimos a Valencia contentísimos, tanto que a todo el mundo que vaya a Santiago se lo recomendaremos y esperamos nosotros volver.
Recomendamos toda la carta pero los Yakotoris sublimes!
Ojalá podamos repetir algún día...
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