A un paso del bullicio que conduce a los peregrinos hasta la Plaza del Obradoiro, junto a la imponente mole de piedra del Seminario Mayor, se encuentra esta tranquila placita donde puedes disfrutar de un café o una cerveza con toda tranquilidad y unas vistas privilegiadas.
Un lugar muy entrañable. Los dueños son muy auténticos. Se come muy bien. La ubicación perfecta, al lado de la Catedral pero a salvo del bullicio. Empanada gallega buenísima, me faltó probar la tortilla. ¡Volveré seguro!
Le pongo 5 estrellas porque como experiencia surrealista en Santiago es inolvidable!
Si queréis ver a una anciana gallega enfadada mientras os regaña por cualquier cosa, no dejéis de ir...ah,y el hijo,también mayor,solo mira y asiente!!
Si va Chicote por allí, graba un programa especial!
Ja,ja,ja...
Si, peculiares pero auténticos, no apto para pijos ni para los que creen que el bar es el meadero de la plaza. Brutal su zorza con patatas, y los chicharrons.
Amazing tortilla. La mejor tortilla de Santiago, señora peculiar y muy auténtica. Tortilla hecha con mucho cariño. No se puede pagar con tarjeta.
No entiendo la mayoría de los comentarios, la mujer es una grande, nunca hice la mili pero me he sentido como si la hubiese hecho al entrar a ese bar. Os lo recomiendo a los nostálgicos de la dictadura.
Terraza tranquila y servicio muy agradable. Las tostadas son de pan de pueblo y están increibles! Ademas, tienen “leche” de avena. Todo bien, muy recomendable!
Yo,entraría...
después de ver las reseñas entre a tomar un café y una copa de orujo de hierbas...Y fué una experiencia más divertida que entrar a la catedral....
Son de coña la vieja y el hijo...ja,ja,ja!!
Un lugar con comida casera y gente cercana. La cocinera habla gallego pero si te quieres entender lo haces sin problemas. Lo recomiendo totalmente. Si quieres un sitio pijo ve al parador
Cada año que vamos a Santiago pasamos a ver a Josefina y cada año se supera en la cocina, siempre nos ha tratado muy bien y nos ha aconsejado que pedir. La tortilla y la zorza con patatas insuperables.
Nos han tratado muy bien. Los precios son muy económicos y la señora es un amor, nos ha preparado todo lo que le pedimos y además nos hizo una tortilla de patata casera impresionante. Es un local antiguo pero son muy acogedores, y en la terracita se esta de vicio.
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