Fernando Martinez de Velasco
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He comido en Casa Fermín eventualmente desde hace más de 25 años.
Restaurante totalmente familiar en cuanto a su gestión, podría decir que es un restaurante bastante digno y honesto, con un buen producto pero que siempre le falta un punto para lograr la excelencia.
Lo que más me asombra es que con los años de experiencia que atesoran, siempre es un poco caótico el servicio de sala, con bastante despistes de logística, mi opinión es que todos se ocupan de todo, en vez de centrarse en unas mesas determinadas cada una de las camareras.
En esta ocasión, comimos dos personas, para compartir el siempre acierto de revuelto de morcilla con piñones y taquitos de balao en tempura, estaban buenos pero bastante salados. Los segundos fueron lomo de orza, muy bueno, y entrecot de ternera también bastante bueno.
Los postres, leche frita con helado de leche merengada, muy rico y tarta de queso que realmente no parecía tal cosa, parecía más una especie de bizcocho muy tostado de horno que dejó bastante que desear. El precio anteriormente guardaba mejor relación calidad/precio en esta ocasión me pareció algo elevado, lo comentado, sin bebidas significativas, agua y cerveza, y sin café, se puso en 90€.
Me encanta este restaurante. Creo que es uno de los mejores de la zona.
El trato es inmejorable y la comida está toda buenísima.
En esta ocasión pedimos un revuelto de morcilla y piñones, y un entrecote con salsa de queso Montenebro, y leche frita de postre. ESPECTACULAR.
Un restaurante de toda la vida. Te atienden muy bien, con cercania y mucha amabilidad.
Disponen de tronas y buen acceso para carritos.
Tienen terraza.
En el interior aire acondicionado, quizas algo fuerte, según te de el chorro de aire hace incluso frio.
La comida muy rica. Habia patatas revolconas fuera de carta y estaban muy ricas.
El chuleton támbién lo recomendamos.
Buen sitio para ir con amigos o familia.
Hemos venido a comer el menú del día y pese a no tener reserva y estar completo, nos han hecho hueco y la comida y la atención han sido de 10.
Y hemos repetido para cenar de carta y estaba todo espectacular. Chipirones exquisitos, tostá de queso de enebro con cebolla caramelizada y el plato estrella "chuleton de Ávila ". Y la leche frita estaba buenísima. Desde luego si volvemos por la zona repetiremos seguro.
Restaurante muy recomendado. Personal muy amable y atento. La comida muy buena: las croquetas caseras, los huevos con jamón espectaculares (se nota la calidad de los huevos, el jamón y las patatas), el cocido, y la ensaladilla fenomenales. Menú por 12€ que no está nada mal. Los postres también buenos. Sin duda volveremos.
Una vez más un restaurante de aspecto normal me sorprende y me deja boquiabierto. Estoy hablando del restaurante Fermín, en el pueblo de Santa María del Tiétar. Lo primero que llama tu atención es la amabilidad al entrar en el local, cuando ves como se esfuerzan en acogerte de forma muy calurosa y con toda facilidad te dan una mesa. Ya en la mesa, con toda celeridad te ponen la carta y toman nota de las bebidas que vas a tomar. Hasta ahí todo normal, pero muy agradable porque no tienes que estar esperando más de la cuenta como ocurre en bastantes sitios. El ambiente es agradable, acogedor y familiar. Los platos que vemos las mesas aledañas son atractivos y apetitosos. Los camareros trajinando de una mesa a otra, llevando y trayendo platos con un buen ritmo que hace nos hace presagiar una atención estupenda. Como siempre, dudamos en pedir algo estándar para no meter la pata pero la verdad es que nos llama la atención dos platos de otras mesas de porte espectacular. Por un lado la sopa castellana y por otro el chuletón de carne, que al estar en la sierra debería ser de especial calidad. Estuvimos mas que acertados porque resulto ser excelente, maravilloso. Sabroso tierno. Jugoso y con un toque de maduracion muy delicado. Es decir, una carne de lujo sobretodo a ese precio, como el resto de la varta. La sopa castellana como en pocas ocasiones realizada en plan hogareño y con los aditamentos que hacen de ese plato un lujo. El sabor inigualable. el huevo amarillo fosforito y el resultado una delicia. Esperábamos la carne con intriga para ver si estaba a la altura del primer plato y no sólo estaba a la altura sino que lo superaba de lejos. Carne serrana, roja, con delicada curación, sabrosa y de factura perfecta. Caliente y poco hecha por dentro y doradita por fuera en algunas zonas. De corte fácil y jugoso. Toda una delicia devorar cada uno de los trozos de la carne junto con unas patatas caseras amarillas, ponían el broche perfecto a este plato de carne de semejante calidad. El restaurante Fermin demuestra su calidad sin discusión con este típico plato serrano, que junto a la eficacia y amabilidad del servicio hacen mas que merecidas las 5 estrellas de la valoracion. La carne es de primerísima calidad y está cocinada por un experto parrillero que le da el punto perfecto para una degustación perfecta. Es un restaurante familiar pero de altísima calidad, tanto en los productos como en la atención al cliente, que en todo momento fue perfecta, amable, calurosa y familiar. El postre fue increíble, casero, rico. Flan auténticamente de huevo hecho como lo haría tu abuela. En resumen un restaurante absolutamente recomendable por todos sus aspectos. Espero que lo disfrutéis como lo disfrutamos nosotros. Gracias Fermín por toda vuestra calidad y acogida.
No os dejéis engañar por el aspecto exterior, por dentro es muy acogedor, un trato maravilloso por parte del personal y la comida hecha en horno de leña que te quita todas las penas.
Era día de la Almudena, jueves festivo en Madrid, lo que se traduce en lleno total en restaurantes de sus alrededores. A pesar de ser un día muy complicado para ellos, nos hicieron hueco pacientemente y nos atendieron como si fuésemos los primeros clientes del día.
La encargada de atendernos nos sugirió con cariño acertadas recomendaciones y tuvo tiempo incluso para darnos algún truquito culinario.
Muy buena experiencia en general.
Ya lo conocía y cada vez que vamos por esta zona tan bonita de Ávila, comemos allí estupendamente, el sitio es muy acogedor y familiar. Las camareras de diez. Mantienen las normas anticovid a la perfección. Sin duda volveremos.
Muy bueno, gran calidad y sitio muy bonito y agradable, aunque no es barato. Hemos pedido judías con chorizo, solomillo con patatas (de 10), flan de queso y leche frita. Atención muy agradable y profesional
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