Tras el primer impacto por la hermosa vista que hay desde la mesa, llega el momento de la comanda, que a pesar de ser las 15.30h y no haber mucha gente, tardamos casi 12 minutos en ser atendidos. La comida, está bien, sin ser espectacular y las raciones las encontramos poco abundantes. El pan casero está muy bueno.
Lo más incómodo han sido las moscas, que aunque parezca una estupidez, uno no espera tener 3 o 4 moscas rondando en un restaurante de este nivel y en interior. Quizás deberían pensar en algún sistema de ahuyentar estos fastidiosos dípteros.
Pedimos carne fiesta y alubias con langostinos y tacos de cherne muy buenos los dos platos. El pan es artesanal, muy bueno tambien. Los postres exquisitos, tarta tres leches y delicia de café.
El servicio muy atento y amable.
El ambiente muy acogedor y agradable.
El precio nos pareció algo elevado para dos personas. Pero la calidad está muy bien.
La comida para mí es una pasada, el sitio muy cuidado limpio y una decoración preciosa con unas vistas espectaculares. El servicio de 10 también todos los camareros muy top y he felicitado al cocinero personalmente por los callos. Nos ha costado un poquito llegar por el atasco de la zona pero si alguna vez vuelvo a Tenerife ya sé dónde ir a comer y por supuesto se lo recomiendo a todo el mundo
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