Cocina excelente con platos tradicionales y de calidad. Muy buen servicio y trato que hacen que el precio que pagas te parezca barato por lo que recibes.
Un restaurante al que vuelves seguro y donde además de comer puedes realizar celebraciones en alguno de sus salones.
Menú de fin de semana con gran variedad de platos, tanto en los primeros, segundos como en los postres. La calidad bastante buena aunque pinchan un poco en los postres
La comida muy buena y bien cocinada, el comedor al ser tan grande si en algunas mesas hablan en voz alta es algo que se contagia y en ciertos momentos mucho ruido. El día que fuimos nosotros solo había un camarero para toda la sala y un ayudante, pondría más personal, estuvimos esperando para el postre casi media hora de reloj. Unas vistas muy bonitas.
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