Este pequeño local situado en Anoeta que con solo 4 mesas en su interior, una pequeña terraza y solo dos empleados, nos hacen disfrutar de cada bocado. Federico hace magia con la comida, prepara platos con mimo, pasión y emplea productos de alta calidad.
La carta varía dependiendo de los ingredientes de la temporada. 3 entrantes, 3 primeros, 3 segundos y 3 postres.
Todo es exquisito.
Fuimos a comer y la verdad es que nos encantó. Es un lugar pequeño y tranquilo. La comida deliciosa, hecha con materias de primera y todo detalle, con mucho mimo. La atención excelente. Buen vino. Muy limpio y acogedor. Repetiremos.
Pequeño restaurante, acogedor y con una música ambiental genial. Cocina a la vista. Platos de calidad, hechos con mucho mimo. Un pelín caro. Muy buena atención de la camarera. Se recomienda reservar. Opciones sin gluten, se puede solicitar con antelación pasta casera.
Una experiencia diferente con comida riquísima y muy buena atención.
El local es pequeño (literalmente cuatro mesas) y, por tanto, la atención es más personalizada.
Hay un cocinero que cocina a escasos metros de tí (detrás de la barra) y una camarera. Ambos ofrecen una atención cercana y atenta.
Comentaron que van variando algunas cosas de la carta. Cuando nosotros fuimos había tres entrantes, tres platos de pasta, tres segundos platos y tres postres (cogimos lo que se ve en las fotos).
Recomendable!
Tanto la comida como la atención de la camarera muy buenos, un gusto comer ahí, pero hay algunas cosas que deberían mejorar en mi opinión si quieren ir acordes con los precios, carta algo más extensa, mantelería, cambio de cubiertos entre platos... Tal como digo, es un producto de calidad, pero creo que el precio está algo por encima.
Ah, y es un gusto ver trabajar al cocinero y como tiene el área de trabajo de ordenada y limpia, deberían aprender otros muchos.
Muy recomendable.
Pero importante para los de las expectativas: NO ES UN ITALIANO AL USO, ni vas a salir rodando, ni es algo baratillo para llenarse la tripa.
4 mesas, el chef cocinando a metro y medio tuyo detallando los platos a la vista.
La camarera un amor.
La cocina muy fina, menos es más, sorprendente, nada de cocina de batalla.
Ya era hora de que en esta zona de amara alguien emprendiera un lugar tan relajado, tranquilo, a capricho, para no más de 4 personas por mesa.
Gracias chicos! Suerte!
Gran trocito de Italia en este pequeño local del barrio de Amara. A pesar de su pequeño tamaño, el mimo que pone Federico en sus platos, junto al buen producto, hacen que este restaurante sea de obligada visita por cualquier amante de la comida italiana y por todo aquel que disfrute con la buena cocina en general.
No podemos aun describir su Tiramisu!!!Menudo postre..
Un italiano donde su carta es corta pero donde sus platos están bien ejecutados.
3 entrantes,3 platos de pasta y 3 platos donde encontraras o carne o pescado es su propuesta gastronomic. La carta va cambiando con lo que nunca encontrarás lo mismo.
Su tartar de buey y su pasta fresca es un acierto seguro.
Volveremos porque no quedaba burrata y teníamos capricho.
¡Buenísimo! Todo el equipo súper majo, se nota que lo hacen con ilusión y cuidando todos los detalles. La cocina es abierta y puedes ver cómo van montando cada plato, un espectáculo. Repetiremos seguro!
Un italiano de categoría. Lugar mínimo así que reservar obligatorio.
Cocina a la vista, donde se realiza el menú corto pero con un esmero de campeonato...
La carta gusta, burrata de campeonato, pasta casi como en Italia, tiramisú correcto (lo menos apetitoso). Cerveza italiana de cañero.
El precio es elevado, pagas la calidad del producto y el trabajo minucioso del chef. Merece la pena ir de vez en cuando para probar novedades y platos del día.
Todo recomendable.
Por cierto, ojo con el coche que aparcar por allí es casi milagroso!!
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