Fue una buena experiencia, limpio, para desconectar de internet y conectar contigo mismo y la naturaleza. El restaurante lo han cogido un servicio nuevo y es muy recomendable, tienen productos Buenos y exclusivos, además el dueño del hotel nos dio un montón de consejos sobre donde comer y qué hacer por la zona.
Hemos estado muy a gusto 4 días, desconexión total... El wifi se iba más que venía, pero sin más.
El apartamento cómodo, en el recinto principal del hotel y el restaurante. Cabe destacar la importancia de hacerle un mantenimiento: luces, aire acondicionado, altura de la ducha (1'60m), nórdicos en agosto puestos, la cuna de bebe sin colchón adecuado, sangre de mosquitos por las paredes...
Nosotros tmb encontramos mosquitos, típico de la naturaleza, pero aún no sabemos por dónde entraban. Total, casi sin dormir y en la recepción nos trataron como si viniéramos de ciudad :)
El entorno, espectacular aunque a más de media hora de la costa!!! El recinto muy señorial y la mayoría de clientes belgas.
Algo a destacar en negativo, son los precios "a la belga" de la cena de tapeo. Adjunto foto porque nos pareció desorbitado no, lo siguiente... No habían cartas, pero carísimo!! Bravas 12€, torreznos 15€... Así que ya decidimos no volver más al restaurante e hicimos gastronomía por la zona, muy recomendable!!!
La piscina pequeña, pero muy a gusto. El concepto "resort" no lo supimos identificar... pero muy a gusto.
Gracias!!!
Lugar con encanto, tranquilo, limpio y con unas piscinas que te hacen disfrutar a adultos y niños.
La única pega el servicio del bar restaurante, personal joven sin mucha experiencia y comida bastante cruda...
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