Hacía mucho que no íbamos, y nos ha encantado volver y comprobar que sigue siendo de primerísima calidad! Buenísimo!
La comida es deliciosa, pero el servicio no es el mejor, tiempos de espera muy largos incluso cuando el restaurante está casi vacío.
Éramos dos, un viernes sin reserva para cenar a las 20:15h, nos dieron mesa en la terraza sin problema alguno. Íbamos con perros y todo el personal que nos atendió nos ofreció agua para ellos, punto positivo.
Pedimos unas 20 piezas de shushi, unos yakisoba y unos edamame picantes.
A favor: se pueden pedir medias raciones en muchos de los platos de shushi (en lugar de 8, 4 piezas)
El shushi muy bueno, sabores muy conseguidos y el arroz en su punto, excepto una de las medias tapas que estaba un poquito pasado pero en general muy bueno.
Yakisoba, muy escaso de cantidad, y langostinos pasados de cocción.
Edamame picantes, a mí personalmente que algo lleve el apellido picante y simplemente sea porque le echan un poco de Siracusa por encima, me mata lentamente. Simplemente con saltearlos rapidamente con un poco de cayena en polvo quedarían infinitamente mejor al gusto y a la vista.
Para beber una copa de vino blanco por cabeza. 66€ en total. Por 33 euros por cabeza la verdad que me parece caro para la cantidad.
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