![5]( "Recensione")
Fuimos 4 de familia. Cuando llegamos nos pareció un sitio muy tenebroso y no sabíamos si era o no un restaurante. Nos atendió la hija de la dueña y nos llevó a un salón de piedra que parecía una cueva donde estábamos Solos. No sabíamos que era menú cerrado y nos iban trayendo la comida en plan sorpresa 😅. Empezaron con unas lentejas que, al estar de vacaciones en un hotel, nos supieron a gloria!! Comida casera total. Después unos panes con jamón y tomate muy buenos. Luego una tortilla de patatas que era finita pero estaba muy rica. Cuando ya pensábamos que ahí pasábamos al postre, nos trajeron otra tortilla más....y luego unos solomillos en salsa súper buenos. Tuvimos que dejar porque no nos llegaba para más... pero no, pudimos con el flan de huevo casero que estaba espectacular. Luego nos trajeron dos botellas de licor para que nos echáramos lo que quisiéramos. En resumen, entramos muy escépticos y salimos encantados. El trato de la propietaria muy cercano y amable. Nos dejó visitar la capilla de la casa que tiene más de 300 años. La casa es espectacular aunque bastante dejada, al menos los alrededores. Volveríamos a repetir sin dudar.
Sergio Domingo Hernández
+4
Un sitio de toda la vida. Recomendada parada ahí si estás por la zona. Menú cerrado, 100% casero por lo que parecía y a nuestra niña le encantó el sitio.
Estuvimos hace unos días. Nos pareció pintoresco por fuera y no nos defraudó. Hay que ir con ganas de comer. No tiene carta y el menú es cerrado, a mí me parece un sitio bastante económico. Si hay algo que no te apetece del menú, se esfuerzan en darte soluciones. Todo es como un poco exagerado, pides un sólo con unas gotas de coñac, te traen la botella... si eres de comer casero y tienes claro el baile de fuentes por las mesas. Este es tú sitio.
Sitio para ir con hambre. El precio es 20€. No hay menú ni carta, te van sacando platos todos caseros y buenísimos. Parece que estás en el salón de casa, trato amigable y cómo en familia. Llamar para reservar. Totalmente recomendable. Sin duda volveremos.
Es un restaurante con mucho encanto tanto por el entorno como por las personas que lo llevan. Se nota que utilizan productos de proximidad o incluso propios. Es cocina tradicional y muy abundante. Ir con hambre. Te Dan un primero a elegir entre 2 opciones dependiendo del día, siempre sacan una tortilla de patata, unas rebanadas de pan (bueno) con tomate y jamón como (al menos a mí) me lo cortaba mi abuela, después te Dan a elegir un segundo, nosotros pedimos muy poco porque ya no podíamos más pero sabíamos que estaría riquísimo, por último postres caseros muy buenos. Con el café te sacan licores o cremas y la señora tuvo el detalle de darnos a probar el bizcocho de la casa que estaba buenísimo. Toda una experiencia si vienes de ciudad o no estás acostumbrado a la cocina casera del pueblo.
Sólo puedes comer lo que te ponen, pero por 25€ , aunque sea comida sorpresa, fueron 4 platos más postre. Todo casero y bien servido en un sitio diferente.
Destacable el yogurt casero con miel y la tortilla. Me sorprendió.
Comida de la iaia en lugar con encanto. Menú sorpresa de producto de cercanía y por 20 €, comes hasta no poder más. Comimos olivas negras, queso, tortilla de patatas, pan con tomate y jamón, 1 gamba, brócoli, llonganisa y cordero. Postre crema de iogurt con miel , cafés y orujo. Trato cercano y lugar muy recomendable.
Fuimos el domingo un grupo de 13 personas, nos hicieron sitio a pesar de llamar poco antes, el sitio es acogedor, sin lujos, muy acogedor, muy como antes, nos encantó el trato, la comida buenísima y abundante, las señoras se preocupaban que nos gustará todo, y que si querían nos hacían más comida, encantadores.
Hacía mucho que no encontrábamos un sitio tan familiar.
Sin duda para repetir.
Excelente!!!!!
Comida casera y abundante. No hay menú, te van sacando según haya cocinado...todo bueno. Precio: 20 €
Lugar pintoresco y auténtico.
Yolanda Perdiguer Claros
+5
Inmejorable... no se puede decir nada mas. Si te gusta la comida casera y lo antiguo, poco como eso.
Gracias por todo a la familia, por su atención y la visita que nos ha proporcionado a la propiedad.
Como presencia parece un poco tenebroso,es como una casa de campo familiar, no reformada, pero vamos con lo importante el trato es muy bueno familiar, la comida buena casera, comimos menu de primero consome 2 pan con tomate y jamón 3 tortillas patAtas 4 gambas y 5 giso de pavo . Vino casera agua fran casero y helado, todo muy bueno , nos quedamos muy hinchados también nos dejaron las botellas de chupito para que nos toma semos mas de uno. Íbamos 8 y pagamos 140euros a 17:50 cada uno.recomendado .fuimos en temporada baja.
Me ha encantado, lugar con tradición familiar y cultural de la zona con comida tradicional y de la casa. exquisito el cordero y tmbien la carne de corzo ademas rematamos con cuajada artesana con miel, una gran experiencia culinaria.
Buena comida y trato cercano. No hay un menú, te sirven un menú degustación de comida casera y productos locales según temporada. Comida abundante para ir con hambre.
Fantástica casa señorial. Jamás he comido tanto. Los dueños encantadores. Iglesia privada. Vino propio. Orujo. 5 platos imposibles de terminar. Único menú. Bonitos interiores
Victorio Megias Quesada
+4
Sitio para ir sin manías menú cerrado , comida de calidad , personalmente yo no soy amante de las verduras pero como estas hacía tiempo que no la comía , la tortilla de patatas , la verdura y los guisos e carne sin comentarios todo buenísimo , yo repito
Jose Luis Alejo Sender
+4
Espectacular la calidad y la cantidad de comida, espectacular el servicio, espectacular el sitio, una casona del año 1724 con ermita y todo, reestructurada como restaurante, comida casera muy buena y abundante, el servicio, tanto camarer@s como la propia cocinera muy atentos con todos los comensales y el precio muy asequible para lo que comes, no hay carta, te van sacando platos y si quieres repetir, repites, hoy hemos comido para tres personas:
Un plato de muy buen queso, una tortilla de patata estupenda, una tostada de jamón con tomate para cada uno, unas judías verdes que estaban ricas, ricas, unos revollones guisados en salsa que quitan el sentido, de esto hemos repetido, una longaniza de la zona a la brasa en su punto mejor de brasa, unas costillas a la brasa sabrosisimas, que también hemos repetido, de postre, una comtesa de helado, un bizcocho casero con leche condensada y un yogurt con miel, también casero, todo regado con un buen vino de la zona,agua, gaseosa, y café por 20€, recomendable si o si, el lugar está apartado, entre Graus y Roda de Isabena pero merece mucho la pena comer allí, por poner un pero, hay que ir con reserva y sin prisa. Hemos estado 2 horas y media, pero la verdad es que no se hace pesada la espera. Volveré siempre que esté por la zona. También tienen animales, caballos, cerdos, gallinas, etc.
Comida casera, sencilla y con un gran sabor. Muy buena atención por parte del personal.
Las propietarias nos atendieron con amabilidad y rapido, nos preguntaron si queriamos repetir de todo y siempre atentas.
La comida era abundante y el vino de buen beber.lo recomendaria sin pensarlo
Muy buena comida casera, no eliges, ellos te dan el menú que tengan pero seguro que te gusta, éso sí, ve con hambre.
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