Execelente restaurante de cocina catalana, donde poder almorzar de tenedor y comer platos típicos Lugar muy frecuentado por ciclista y motoristas los fines de semana, lo que una idea de lo bueno de su cocina. La relación calidad precio muy buena, el servicio atento, amable y servicial y el entorno natural de las montañas.
Fuimos a celebrar un evento familiar, buscábamos un lugar especial y nos encontramos con la masía "MAS PLA". Un lugar maravilloso donde poder disfrutar de una buena mesa y un buen ambiente. Las croquetas espectaculares. Los caracoles riquísimos! Gracias Maria por la atención. Que rico ese vino de Montsant
Los platos estaban espectaculares. Hemos llegado temprano y hemos podido almorzar sin tener reserva pero se ha llenado enseguida, y después había cola de gente esperando para poder sentarse, así que es aconsejable reservar. Por la buena calidad diría que los precios estaban bien. El servicio muy bueno también.
Una vez más volvimos a Mas Pla, porque la comida es realmente muy buena, platos de alta gastronomía accesibles a todos los públicos. El servicio ágil y amable. Todo está bueno, pero en esta ocasión mención especial para la coca de calamar y púlpitos, riquísima. El arroz de Gamba roja impresionante. Descatar también los postres, con mimo y bien resueltos. 100% recomendable.
Este restaurante es muy recomendable tanto para desayunos como para almuerzos al mediodía. Ofrece una deliciosa comida en un entorno tranquilo con vistas a la montaña. Es ideal para visitar en grupo y además recibimos una excelente atención por parte de la camarera María. Sin duda, repetiremos la experiencia.
Todo buenísimo, los platos espectaculares la relación calidad precio es muy buena, la cantidad perfecta. Un trato muy amable.
Hemos repetido, espectacular, como siempre
¡¡¡Espectacular!!! Cocina y servicio inmejorable. Destaco la capacidad y las ganas para adaptarse a todas nuestras peticiones. Platos deliciosos y calidad precio muy muy bien. No puedo recomendarlo más!!
Muy buen restaurante!! Fuimos sin saber donde comeriamos, y al final hemos caido en un sitio perfecto, comida riquisima, atencion de los camareros excelente, sobretodo Arancha!
Para repetir cada fin de semana!!!!
Volveremos no hay duda!
Toda la carta tenía buenísima pinta, y lo que probamos nos encantó. El local se encuentra en un lugar muy tranquilo con una terraza muy agradable. Sin duda repetiremos para probar más platos.
![4]( "Recensione")
Gran lugar.
Día de celebración familiar.
Solicitamos un variado de entrantes: Croquetas, buñuelos de bacalao, "trinchat" de col con virutas de jamón y huevo poché y caracoles fritos.
En primer lugar resaltar la atención ágil. Los platos se sucedían sin excesiva rapidez ni tardanza molesta.
Los caracoles son los mejores comidos y elaborados que probé en mi vida. Y he probado muchos porque a mi no, pero entre mis familiares forman parte de culto casi reverencial, místico, que roza lo divino.
Acompañamos con una magnífica garnacha negra de Hisenda Miret 2019. Tremendo tinto.
Los segundos fueron todos distintos: pierna de cabrito, magret de pato, solomillo y entrecot de ternera. Todos magníficos, hechos en su justa medida y según se solicitaron. El cabrito a baja temperatura, el magret conseguido con una textura poco hecha perfecta y el resto de carnes perfectamente cocinadas.
Un pero: algún que otro plato llegó a la mesa con un punto de temperatura inferior al que se le supone, pero de sabor y presentación nada que objetar.
Los postres muy buenos, mención especial para la tarta de manzana con helado de canela (crujiente y sabor delicado) y el baba con helado de vainilla (meloso, dulce y riquísimo).
Sobre la cuenta, como suelo hacer en otras ocasiones, no diré nada. El precio, la calidad y el valor de una comida son cuestiones a tener en cuenta pero de una forma particular. Para mi un vino de 25 € puede ser barato si me encanta y otro de 15 € carísimo si lo dejo para aliñar una ensalada.
Lo dicho, cuestión de gustos. Personalmente considero este restaurante un lugar para volver sin ninguna duda. Gran experiencia.
Un consejo: tómense con calma las curvas de subida puesto que la carretera no anda muy fina.
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