Todo un descubrimiento en Puigcerdà. Ya lo teníamos visto pero nunca nos habíamos animado a entrar porque nos daba la sensación de que se iba a ir mucho de precio.
Quizás porque forma parte de un hotel, pero que no os engañe: los precios van en la línea de un buen restaurante hoy día y me atrevería a decir que son más que justos.
Todos los platos que hemos probado estaban deliciosos y se nota muchísimo que el sabor, la textura, la presentación, todo se ha pensado y trabajado mucho. Se nota que, como nos dijeron, hay una muy buena chef detrás.
Como orientación, pagamos casi 80 euros dos personas incluyendo postre. El servicio es exquisito (sin agobiar). Para mí, una joya que tendría que ser más conocida.
Este lugar tiene un encanto especial, buenas vistas, y un lugar precioso con muy buena decoración. Por otro lado, el servicio es de 10, amable, cordial, atento y muy elegante, haciendo que pases una estancia espectacular, y muy agradable. La comida es simplemente impresionante, buena mezcla de sabores, donde se puede ver el gran trabajo y el tiempo que le dedican. Comida que no te dejará indiferente, haciendo que disfrutes de todo lo que pruebes. La verdad, repetiré seguro. Obviamente, este lugar es 100% recomendable.
Todo muy bien elaborado, cuidando el detalle, se nota el cariño con el que trabajan desde la cocina hasta el personal de sala, amables, atentos, profesionales. Los entrantes una PASADA, y los principales dejan sin palabras, sin mencionar el postre que es uno de los mejores Mil Fulls que he probado; el lugar muy bien cuidado hasta el mínimo detalle con vistas espectaculares al lago… para repetir.
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