El trato fue exquisito, el ambiente acorde a la zona, la comida, todo muy bueno.
Nos dejaron entrar con nuestras mascotas, eso hizo que la comida fuese mucho más agradable.
El cocido.... que decir no puedes ir, y no probarlo, los postres caseros. Lo recomiendo
El trato del personal impecable.
Volveremos.
Llamamos para reservar porque íbamos con nuestros dos perros y había leído que si se podía y la verdad que fue el mayor acierto. El sitio por dentro es muy curioso como lo tienen decorado y nos gusto mucho, es muy acogedor y las vistas a Potes son muy chulas. La mesa cuando fuimos a sentarnos nuestros perros ya tenían el cuenco de agua y el sitio era espacioso para ellos y para que estuvieran tranquilos sin molestar a nadie, un detallazo. Para empezar cogimos pate de jabalí, carpaccio de tudanca que estaba buenísimo!! ( recomendable ) seguimos con parrilla lebaniega y lo que más nos gustó sin duda por recomendación del camarero fue la Costilla al horno a baja temperatura 18h. IMPRESIONANTE ! Se deshacía en la boca. Sin duda nos gusta mucho ir a Potes y nunca habíamos tenido oportunidad de comer aquí pero cuando volvamos volveremos allí sin dudarlo!! Los 4 !!
Acierto seguro! Sitio muy acogedor, decorado con fotos y distintos materiales y artilugios antiguos. La comida espectacular; pedimos el cocido montañés, el lomo de venado con foie y los pimientos rojos con queso. Riquísimo todo, y a buen precio.
Ubicado en una bella casona histórica junto al Puente Nuevo y la Torre del Infantado.
Importante, hay que subir las escaleras para acceder a los comedores del restaurante. Decorado como un verdadero museo etnográfico, completamente lleno de objetos tradicionales, recuerdos y fotos, destaca el balcón acristalado que ofrece unas bonitas vistas de la villa.
Dispone de una amplia carta donde podrás degustar los mejores platos de la cocina Cántabra y Lebaniega.
Su cocido Lebaniego (Ganador del primer premio al mejor Cocido Lebaniego en el año 2012),
Entrantes, platos regionales como cocido montañés, parrillada lebaniega (borono, picadillo, lomo, callos), pescados y postres típicos de la zona como el Canónigo.
Servicio muy rápido y amable.
Buena relación calidad-precio.
Totalmente recomendable; dependiendo de la época, aconsejable reservar.
Rubén Gutiérrez Galiano
+5
Es un sitio muy especial por su decoración, los camareros son superamables y un gran punto a favor es que puedes llevar a tu perro, el propio camarero le pone un cuenco con agua al llegar.
Yo pedí de beber una sangria de litro y agua y el menú para 2 (capitan) con el cocido lebaniego y su sopa de cocido, de segundo plato, costilla de tudanca y de postre, un postre típico de la zona y una tarta de queso riquísima. Por último un café y chupito de crema de orujo.
Todo por 60€
Acabamos a reventar y todo estaba de 10.
Lo recomiendo al 100% y más si vas con tu mascota
Buena ubicación , precios medio alto. Bonita decoración, el servicio puede mejorar. La comida muy buena, pedimos el cocido lebaniego estaba riquísimo, y cabrito al horno, ESPECTACULAR.
Muy buen sitio para comer. Leí que los camareros no eran demasiado amables pero conmigo y mi familia han sido extraordinarios y muy atentos. Recomiendo la paletilla de cabrito lechal y la tarta de queso, buenísima!
Nos encantó. La comida una pasada, el ambiente magnífico y el precio normal. Un cocido lebaniego espectacular, y una tabla de quesos de quitarse el sombrero, por no hablar de la tarta de queso casera.
El sitio es pequeño pero si vas con reserva o tienes la suerte de conseguir mesa, es de lo mejor que podrás encontrar en Potes. Nosotros eramos dos personas, y los dos pedimos el Menú peregrino, y Mamma Mia, menudo cocido Lebaniego nos comimos. Espectacular y sin palabras. Lo recomendamos muchísimo. Ademas de que el sitio es precioso y acogedor por dentro.
Comida increíble en un sitio con decoración muy peculiar y personal estupendo! Fuimos con nuestro perro de 35 kg sin pega. Todo lo contrario! Le pusieron agua y le trataron genial. Cabrito y costilla recomendable!
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