Un lugar mágico en el que la atención del servicio se mezcla con la calidad y la originalidad.Platos excelentemente presentados, un placer para los sentidos.
Muy recomendable, el foie micuit homemade es riquísimo y el confit de pato excepcional.
Un restaurante muy bonito decorado y con alta cocina francesa.
Muy buena cena, todos los platos que pedimos nos gustaron mucho, tanto en la presentación, como en el sabor.
El sitio es pequeño, pero tiene una terraza con vistas a la playa, ahora hay obras en el paseo, pero cuando acaben va a quedar un buen lugar para disfrutar de la puesta de sol.
Una gran experiencia culinaria(cocina muy original y cuidada) y sobre todo personal... los dueños Pascal y Marine extremadamente amables y atentos, nos han hecho pasar un rato muy agradable.
La proxima vez que volvamos a Tenerife les visitaremos sin duda.
Abrazos y merci beaucoup!
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