Las cinco estrellas se me quedan cortas en este caso. ¡Que lugar tan increíble!
Estuvimos cenando y lo pasamos genial.
Música de piano en directo, atención profesional, comida exquisita. No se puede pedir más.
Volveremos a ir en cuanto podamos.
Nos hemos enamorado del sitio, no solo por la maravillosa música del pianista que tiene una delicadeza y elegancia tocando que hacen que tu tiempo en este lugar sea completamente mágico. Si no también por el maravilloso trato que hemos recibido. Son super amables y educados, todo un lujo en estos tiempos, y además la comida riquísima y con unos precios estupendos. Sin lugar a dudas, es uno de los sitios imprescindibles para visitar en Peñíscola. Nosotros repetiremos muy pronto, y además esperamos convertirnos en habituales del lugar.
Estábamos paseando por Peñiscola y al pasar por al lado de este sitio nos llamo mucho su ambiente, muy acogedor y el dueño muy amablemente nos reservó una mesa para luego. Los platos, el pianista y la calidad de precio son un acierto. Lo recomiendo con los ojos cerrados, muchas gracias!!
Encontramos este maravilloso lugar el primer dia de llegar a Peñiscola y nos sorprendió muchisimo.
Su decoracion, la amabilidad de Cisco y su familia, la comida de la mano del chef... y su mayor atracción.. la musica en directo y el pianista, su hijo. No dudamos y regresamos más dias.
Recomiendo sus patatas bravas y croquetas de puerros. Para los amantes de los mojitos, el de fresa es una apuesta segura.
Gran noche y ambiente. Muchas gracias por ofrecer noches tan magicas.
Me uno a las 5 estrellas. En pleno casco antiguo y junto al castillo de Peñíscola encontramos este tesoro. Un sitio ideal en el que pasar una velada para desconectar del día a día. Diseño muy vintage, pequeñito y acogedor. Como es pequeño no viene mal reservar o ir temprano para coger sitio sobretodo en verano. Música en directo. Con pocos platos pero exquisitos. La atención maravillosa. En 3 días repetí 2 veces cena allí.
Arturo Cárdenas Arribas
+5
Magnífico lugar, decorado con mimo y gusto, lejos de los típicos lugares turísticos de Peñíscola. Trato familiar, cercano y agradable. En pleno casco histórico, música Jazz en directo y permiten mascotas. Comimos croquetas de puerro, bocaditos de queso cabra con mermelada de higos, camembert frito y patatas bravas. Todo riquísimo, casero, perfecto para compartir y a un precio asequible. Repetiremos en nuestra próxima visita seguro!
Experiencia inmejorable en este restaurante de Peñiscola. Un ambiente muy bueno amenizado por música de piano en directo. La comida también muy buena, nosotros probamos las croquetas, el sepionet y el queso camembert. Para repetir!
El precio por persona es con una botella de vino entre dos.
Pasamos y de casualidad lo encontramos.. menos mal!.
Un lugar que ya solo por si solo te encanta pero si a esto le sumas que tienen un pianista tocando en directo toda la cena y además que la comida está hecha con todo el mimo del mundo.. te enamoras.
Las croquetas de puerros.. fuera de lo habitual, muy ricas.
Los bocaditos de queso de cabra con mermelada de higos riquísimos.
La sepia de buena calidad y muy bien ejecutada.
Las gambas al ajillo riquísimas y para los que nos gusta el picante... Más amor todavía.
Los cócteles.. Ai dios mío los cócteles, señores posiblemente estemos hablando de los mejores cócteles de toda la zona, productos frescos, con frutas, todo natural.. NADA DE SIROPES.. INCREÍBLE.
Un placer haber compartido con vosotros este ratico.. seguir así y esperarnos para la siguiente escapada porque repetiremos seguro!.
Hemos ido 2 días seguidos el jueves y el viernes a cenar. Hemos repetido porque es increíble el ambiente íntimo y cómodo que se crea en el restaurante con el piano en vivo. Es exquisito como toca el piano... Es muy especial y acogedor 💜 Pocos locales hay como este. La comida buena; hemos pedido ensalada, sepia a la plancha, la tabla de ibéricos y raclette. El servicio muy atento y simpático. Si volvemos a Peñiscola volveremos a venir sin duda!
Pues que decir, que se come de lujo, que el trato es espectacular, las bravas hay que probar su salsa con su toque propio, y el queso cambert frito muy bueno,está decorado muy acogedor, y un piano precioso, volveremos
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