Pulpería en pleno casco antiguo de Peñíscola y muy cerca del castillo.
Se encuentra en una calle empedrada y con escalones pero, a pesar de estar en cuesta, tienen muy bien colocadas las mesas de la terraza.
Su carta se compone de raciones de toda clase, platos combinados y mariscadas.
Las raciones son generosas. Pedimos para compartir 4 platos: tellinas, huevas de sepia rebozadas, pulpo a la gallega y fritura de pescado variado. De postre tenían una gran variedad, todos caseros. Optamos por la tarta de queso y la panacota.
Todos los platos estaban deliciosos pero sobre todo nos quedamos con el pulpo y los postres.
La relación calidad precio es excelente. Además el personal del bar fue muy atento y nos asesoró en la selección de algunos platos.
Reservamos para cenar y la experiencia fue maravillosa. El personal nos atendió rápidamente y de forma muy amable. Pedimos un menú que llevaba un plato de queso y jamón, bravas, pan con tomate y aceite y pulpo a la gallega. A parte pedimos croquetas variadas. Todo estaba exquisito. La ubicación es única puesto que se encuentra en una de las calles más típicas de Peñíscola.
Como el resto de comentarios, fuimos allí tras leer las reseñas y coincido plenamente con el resto. El servicio es de 10 y eso que hay dos personas atendiendo para todas las mesas, atentos, amables y rápidos.
Si bien el pulpo nos pareció que tenía poca cantidad y esperábamos que llevara una cama de patatas al ser a la gallega, estaba buenísimo al igual que los diferentes platos que comimos.
Mención especial al alioli casero.
El precio muy razonable para 4 personas.
Recomendable 💯
Volveremos sin duda!
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