Desde Ponferrafa, cogimos carretera sinuosa, pero muy bonita, rodeada de vegetación y con unas vistas increíbles, hasta llegar a la localidad de Peñalba, que es un pequeño pueblo, rural, bien conservado, de calles empedradas, que vale la pena conocer. Fuimos a comer a La Cantina, conviene reservar,
En Peñalba de Santiago, local acogedor, limpio y muy bien decorado con un montón de antigüedades, tiene servicio de restauración sólo al mediodía y una terraza. Muy buen servicio y atención.Merece la pena la visita al pueblo y de paso a La Cantina.
Local muy acogedor en pleno Peñalba de Santiago con unas vistas espectaculares.
Comida casera y producto de calidad, sin duda a destacar el potaje de garbanzos y bacalao, así como el chorizo con cachelos.
Relación calidad precio excelente, precios populares.
Comer en la terraza es una auténtica mara
Leímos en internet que era un sitio fantástico donde la comida y el servicio eran de 10 y no nos defraudó. Yo le pondría un 10 a la comida y un 15 a las personas. Gente encantadora, simpática, agradable, tranquila y eficiente. Nos gustó todo. El establecimiento es muy bonito y acogedor y la terraza
Precioso local, con ambientación acorde a donde se encuentra. Servicio muy atento y agradable. Ambiente confortable 100%. Comida muy rica y con mucho sabor.
Necesario reservar sobre todo el fin de semana como fue nuestro caso.
En Peñalba de Santiago, catalogado por Barceló como el pueblo más bonito de León, está esta Cantina con encanto gallego y rústico. Atención inmejorable y precios con muy buena relación. Para comer bien o tomar un café con vistas a los montes Aquilianos y el Valle del Silencio
Comida riquísima en un lugar idílico. Tras un ratito en carretera de montaña, del que llegas cansado, entramos en la Cantina y nos atendieron con mucha amabilidad, bebimos un mosto y comimos un cocido para recuperar fuerzas, aunque dejando espacio para los postres que estaban riquísimos! Nos pedimos
Un sitio espectacular. Muy buena la comida todo casero. Volveremos sin duda.
Agradable bar con una terracita con vistas increibles sobre las montañas que rodean el pequeñito pueblo de Peñalba. Ideal para tomar algo después de visitar la Iglesia mozárabe y el pueblo!
Parada obligatoria si estás por la zona, el mejor sitio para comer sin duda alguna. Qué botillo, qué cecina, qué croquetas, qué postres, todo relacionado con la castaña, sobre todo la crema de limón con castañas y virutas de chocolate. Y la atención por parte de Daniel y familia increíble.
El lugar, La Cantina, es perfecto para una comida, compartida con una ruta por el entorno y la visita a la espectacular iglesia mozárabe de Santiago. Buena atención, y servicio rápido. El caldo de montaña y el potaje de garbanzos con bacalao perfectos, así como los postres. Conviene reservar porque
La comida y la bebida (vino, vermut, cerveza de castañas ) casera y con productos de la tierra, el lugar idílico el local acogedor el personal atento y profesional
Comida casera súper rica y además en un lugar precioso!! No se puede pedir nada más!!
Llegar a un lugar recóndito y encontrar una carta de infusiones que no te ofrece casi ningún restaurante de las capitales, para mí, es signo de distinción. He llegado de pasada a La Cantina de Peñalba de Santiago tras una excursión por el Valle del Silencio. Un buen sitio para recuperar fuerzas. Me
Hemos ido a conocer el pueblo y es precioso, merece la pena ir.
Los chicos de La Cantina fueron muy majos, además íbamos con la perra y no hubo ningún problema en pasar con ella allí (al revés) y disfrutamos de su maravillosa terraza y sus vistas.
Además pedimos varios platos y todos buenísimos y el
Primera vez que tengo el placer de comer aquí, aunque no será la última. Comida casera, platos abundantes y buena presentación. Estaba todo muy bueno. Buen trato al cliente, los camarerxs son muy atentos. La cantina tiene una terracita con unas vistas privilegiadas y es muy acogedora. La mejor elecc
Ambiente acogedor , trato familiar , comida abundante y sorprendente. Recomiendo las croquetas de castañas como aperitivo y la tarta de castañas como postre. Enclavado en la montaña berciana entre valles y casi escondido se encuentra este maravilloso pueblo de cuento . Recomiendo visitarlo degustar
Una cantina estupenda y muy agradable para tomar algo después de ver pueblo tan bonito. Está al lado de la iglesia y ya desde fuera invita a entrar. El interior es muy bonito y acogedor pero lo más espectacular es la terraza exterior, un balcón al monte. Pedimos unas cañas y una tabla de embutidos y
Tras visitar este precioso pueblo que mejor broche final que comer en este restaurante, gran acierto. Atención amabilísima por parte del encargado de atender las mesas. Comimos varios platos, todos muy ricos. Precio comedido, incluso barato para ser el sitio que es. Gran detalle al invitar a chupito
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