Hacia mucho que no veía a Valentina y nos llevamos una grata sorpresa. Habíamos intentado comer, cenar, alguna otra vez y no había manera, siempre completo. Hemos estado muy a gusto y es un lugar para ir y descubrir sus encantos, su servicio, personal y lógicamente su exquisita oferta gastronómica. Probarlo y disfrutarlo como lo hemos hecho nosotros, son otros sabores y otro arte culinario. Recomendable sin lugar a dudas!
Agradecer primero la profesionalidad y amabilidad de las personas que nos han atendido. Carta variada, singular y cuidada. Un lugar relajado pero elegante con buena música. De los minis destacaría el brioche de pastrami, muy rico; en cambio el croissant no se parecía a fotos que había visto de otras reseñas, la trufa no tenía ese sabor tan intenso característico. Un steak tartar simplemente perfecto. Canelones muy bien preparados con un pato y una salsa riquísimas, aunque la trufa y el foie no las terminamos de encontrar. Un bœuf bourguignon para el que no necesitas cuchillo y con unas setas y glaseado muy sabroso. En cuanto a los postres, una de cal y otra de arena: las 7 texturas de chocolate quizá no era lo que esperaba, aunque tenía una presentación brutal, la combinación con la fruta no me ha convencido. En cambio, una reinterpretación de la tarta de limón de ejecución perfecta; el helado estaba cremoso y nada empalagoso, un limón equilibrado entre dulce y ácido, una galleta espectacular y una bonita quenelle. ¿Repetiría? Sin duda.
Sin duda alguna 5 estrellas, si quieres comer rico y te gusta la comida moderna este es tu sitio,
Muy buen trato de las camareras.
La comida excelente 👌🏻 probamos diferentes cosas y todo un 10.
Muy linda la presentación de los platos.
Un lugar para repetir
Estuve el otro día , y el sitio es muy agradable .
La carta no es muy amplia pero suficiente para probar variedad de platos .
Hubo de todo ,platos con gran sabor y otros más planitos. El carpaccio de pulpo demasiado gordo, una pena porque en boca se hacia un poco desagradable por el grosor .. pedimos unos cuantos entrantes y la mayoría muy ricos. El rodaballo bastante rico y los postres eran más bonitos que ricos para el precio que cobraban pero bueno ..
En general buenas sensaciones . En mi opinión un poco subidos de precios para los platos en si. Pero en general estaban bastante bien . La atención regulera, me llamó la atención que no explicarán aunque sea por encima los platos , tenían un poco de desidia .... Los que sirven no están a la altura de lo que venden
Nos encantó! Todo estaba riquísimo. Los canelones de pato deliciosos. Muy buen servicio, rápido, agradable y cuidan todo detalle. Con ganas de volver para probar más platos.
Sitio pequeño pero acogedor.
El servicio y trato por parte de las camareras de diez desde el mismo momento que entras por la puerta.
Platos elaborados, ricos en sabor y una relación calidad-precio muy buena.
A destacar el crujiente de gamba roja en los "minis" y el solomillo Rossini, nos encantó.
Seguro que repitetimos.
En este pequeño restaurante preparan con mimo cada plato. Nos ha encantado todo lo que hemos probado y salimos con ganas de volver. 100% recomendable si valoras los platos elaborados.
La carta de vinos, cavas y champagne es amplia.
El precio es razonable para la alta calidad que preparan.
He disfrutado mucho con los platos, tanto en calidad como por la composición del plato. El servicio también ha sido muy bueno. Sí tengo que poner un punto es el poco espacio entre mesas ya que se pierde intimidad pero es comprensible por las dimensiones del local.
La cuenta ha sido de 105 € para dos personas.
Los platos principales fueron muy MUY ricos. Los entrantes, estaban también ricos pero algo menos especiales (al menos nuestras elecciones). La persona que nos explico todos los platos y que nos cogió la comanda fue sumamente agradable y atenta pero en algún momento nos atendió otra persona que resultaba ser un poco más cortante. Local agradable pero un tanto frío.
Sin lugar a dudas, un sitio para recomendar.
Celebramos el cumpleaños de mi mujer en este innovador restaurante dentro de la clásica Pamplona. Mención especial a la amabilidad del servicio. Además, a la hora de reservar, les avisamos de que íbamos con carrito de bebé y no hubo ningún problema en que nos acomodaran en una mesa donde no molestáramos. Local pequeño, pero con muchas posibilidades.
La carta la van renovando continuamente, así que ya tenemos motivo para volver en otra ocasión. En esta ocasión, probamos el brioche de Angus, la croquetica de pollo, los bocaditos de causa limeña, el rodaballo, los canelones de pato, el plaisir sucré de plátano y tarte tatin. De maridaje, un verdejo Shaya. Buenísimo todo!
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