Uno de los mejores restaurantes que he visitado últimamente.
Restaurante que cuenta con poco más de 5 mesas y que es atendido únicamente por los dos dueños del local. Imprescindible reservar si vas en fin de semana.
Producto de cercanía y de temporada, muy bien tratado y elaborado. Hay que dejarse aconsejar y disfrutar tanto de la comida como de los vinos.
Destacable la ensaladilla con gambón, el tartar de aguacate, salmón y atún, la ensalada de tomate y ventresca, y las albóndigas de chuletón. Los postres excepcionales también.
Nos sentimos como en casa y disfrutamos como enanos. Y además a muy buen precio.
Repetiré seguro. Muy recomendable!!
PARADA OBLIGATORIA!
Sitio imprescindible para vivir una experiencia gastronomíca única (a este local no se va únicamente a comer, se viene a disfrutar del producto y la compañía) solo dispone de 6 mesas así que es recomendable reservar.
Con este tipo de locales se demuestra que no hace falta ser un estrella Michelin para destacar en el mundo de la hostelería.
Para empezar el concepto del local, atendido por dos personas:
El jefe de sala que danza por la sala atendiendo de manera personalizada a cada mesa, vive y disfruta contándote cada plato y eso engancha al comensal.
Y su mujer en cocina que saca magía en cada pase. Mi mujer es celíaca y tuvimos muchas opciones para pedir, entre ellas la ensalada de tomates...es puro sabor de un producto excelente; la ensaladilla con gambones, nada que ver a una ensaladilla común que hayamos probado por ahí, cremosa, untuosa, ligera, gambones de primera calidad, sin palabras; el Tartar de atún y salmón, llevaba un aliño expectacular, se notaba el trabajo de la limpieza de los pescados y el corte a cuchillo porque era pura mantequilla en boca; las albóndigas de chuletón se tienen que pedir sí o sí, no digo más y el postre con el coulant de chocolate, crema inglesa y un helado artesano de café fue un cierre magnífico. (Tuvieron el detalle de traerle un helado de limón sin gluten espectacular a mi mujer).
El resto de detalles del local hay que vivirlo allí, pero una experiencia que repetiremos seguro y que recomendamos 100%. Gracias por hacernos disfrutar tanto.
Fuimos a comer en Domingo dia de mercado en Padron. Un acierto absoluto. La comida ademas de rica cuidada al detalle. Un trato exquisito en todo momento. Platos nada escasos y precio sorprendentemente bueno. Volvería a Padrón solo por comer otra vez alli. Muchas gracias y enhorabuena!!!!
Simplemente espectacular. Local pequeño, familiar y muy acogedor, con un encanto especial. Trato exquisito y cuidado. Producto de calidad y proximidad, con una elaboración de 10, sabroso y sencillo, punto de cocción perfecto, cantidades perfectas tirando a abundantes, punto de sal ideal... Desde hoy, local de referencia, aunque hayamos caído de paso, volveremos a propósito y recomendaremos con los ojos cerrados.
Desde fuera puede pasar desapercibido.
Relación calidad precio muy buena, llevad efectivo, no cobran con tarjeta.
Horario familiar, mejor llamar y reservar antes de ir.
Gracias por la experiencia gastronómica, hemos disfrutado muchísimo.
Todos los productos cocinados con mucho mimo, todo muy rico. El restaurante no tiene un horario fijo así que es mejor asegurarse antes de ir.
Nuestro rincón favorito en Padrón. Local agradable y sencillo, con pocas mesas, ambiente romántico y una cocina de producto delicada y deliciosa. Su dueño nos asesoró muy bien a la hora de escoger platos. Pedimos los primeros pimientos de Padrón de la temporada, mejillones en su escabeche y unas albóndigas de solomillo increíbles. El “pequeño postre del día” una delicia para compartir.
Un lugar especial para comer tranquilos alejados del bullicio de los peregrinos.
Increíble experiencia gastronómica. Tras leer los buenos comentarios decidimos ir, fue un acierto. Los dueños son un matrimonio, ella en la cocina y el en sala. Carta breve, con buenos productos de la zona y de temporada. El dueño te explica la carta y te aconseja. Pedimos una empanada de berberechos, espectacular(nada que ver con las tradicionales), después llegó los gambones sobre una cama de aguacate y un crujiente por encima. Terminamos con unas albóndigas de vaca rubia acompañadas de patatas. De postre una tarta de queso sobre natillas, de las mejores que hemos probado!
Cristina Gonzalez Muñoz
+5
Parada obligatoria en Padrón.
Comida y servicio de 10. Os recomiendo la filloa de boletus y bogavante, un espectáculo!!!
Un lugar íntimo y acogedor. Ideal para venir en pareja. En mi caso, acudí con unos amigos.
Nos atendió un hombre muy amable que nos iba describiendo todos los platos disponibles, que eran unos cuantos. Pedimos varios de ellos para compartir, todos deliciosos. Muy recomendable!
Menuda maravilla de restaurante… 😍 la carta es muy corta, 7 platos concretamente que se nota que están preparados con mucho mimo con productos en función del mercado y la temporada.
Después de mucha indecisión nos decantamos por:
- Tortilla única con lascas de pulpo a feira.
- Salpicón de mariscos.
- Tartar de bonito de Burela con aguacate con toque de piripiri.
Los 3 súper especiales y riquísimos… el salpicón muy abundante con mariscos DE VERDAD, la tortilla menos abundante pero al tener el pulpo es más que suficiente. Y el tartar es un poco picante y con trozos grandes de bonito.
Por último solo yo quería postre y parecían muy abundantes. El camarero, que parece el dueño, tuvo el detalle de ponerme un trocito para probar la tarta de queso. Y bueno, MENOS MAL que pude probarla por qué diría que es la mejor que he comido hasta la fecha 🔝🔝 🔝
El local es pequeñito pero con muchísimo encanto, y el trato por parte del señor que nos atendió inmejorable, súper amable y profesional, nos explico cada plato detenidamente.
La única pega: La dificultad para elegir lo que íbamos a pedir. 😂😂
En resumen: necesito volver para probar todo lo que no pedimos… el arroz, la fideuá, albóndigas de chuletón… y como no, para repetir LA tarta de queso. 💥
Sin duda os animo a acercaros a conocer Padrón, recorrer sus calles y probar este restaurante.
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