Un sitio para repetir. Es un restaurante mexicano con comida casera, rica y salsas que elaboran ellos mismos (y se pueden comprar para llevar). El ambiente también es casero y la atención excelente.
Probamos el guacamole con totopos, tacos variados, y el pollo a la diabla (el nombre no engaña).
Comida muy fresca, jugosa y casera. Acudimos a cenar por casualidad el sábado y nos sorprendió la comida para bien, estaba todo muy rico. Lo que más me gustó a mí, los tacos cochinita, la ensalada de nopales y el postre de limón, que tiene una mezcla dulce-ácida muy agradable. Además el baño está limpio y el personal amable. Hay que tener en cuenta que fuimos pronto y no había mucho lío.
Le doy un poco menos al ambiente porque la luz tan blanca (fría) permite apreciar los platos, pero hace el lugar menos acogedor, aunque la decoración sea colorida y el comedor agradable. Desde luego, volveremos a probar el resto de carta.
Siempre pido a domicilio, y he de decir que es uno de los restaurantes mexicanos más auténticos que conozco (y lo digo con mucha ascendencia mexicana en mi familia, conozco la comida).
Toda la comida les queda muy rica, pero especialmente los tamales me llevan de vuelta a un puesto callejero al lado de Av. Revolución en el DF: la mayor parte de restaurantes mexicanos no tienen esta pieza tan fundamental (para mi) de la cocina mexicana, y es un lujo tenerlo disponible aquí. La cochinita también les queda inmejorable.
Además de esto, muy recomendable el pollo a la diabla, para quienes les guste el picante de verdad. Y por si fuera poco, además los precios son muy razonables. Ni una queja!
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