LEER RESEÑA HASTA EL FINAL ➡️ Como habrá quien probablemente no llegue a leer hasta el final, en esta primera línea quiero poner que, si estáis pensando en ir a este sitio, no lo dudéis, ID. Ahora empiezo mi reseña: Bien, antes de comer empecé con la idea de que iba a dar una estrella al restaurante. ¿Por qué? Porque íbamos con reserva a las 14.30 (llegamos puntuales) y resulta que da igual, sientan por orden de llegada (aunque admitan reserva y no avisen este otro modo de proceder), total que claro, provoca el consiguiente enfado. Ahora bien, decidimos esperar porque nos lo habían recomendado. NO DEFRAUDÓ. Ya mientras esperábamos, en la barra, surgió conversación con otras personas que también esperaban y nos comentaron “Manolo nunca cambiará en esto de la reservas, ahora bien, vais a repetir sin duda” (ellos repetían), lo cual hizo que ya pensáramos de entrada que, si la gente repetía, por algo era. Empezamos con el exquisito trato que nos dio Antonio, el camarero, desde el minuto uno. Y seguimos con la comida que fue excelente. Pedimos medio cachopo y un rodaballo para tres (algo que se pide mucho alli y está riquísimo, veníamos con el antojo de ambas cosas y así lo pedimos). Lo acompañamos de una sidra y también vino Matarromera de crianza. Enseño el precio en el ticket de la foto: terminamos con una relación calidad-precio perfecta. Por tanto, empezamos mal, pero todo lo que vino después mereció la pena, y volveríamos sin duda alguna . Ahora bien, consejo: No tengáis en mente vuestra hora de reserva e id sin prisa, a disfrutar de un sitio que representa un imprescindible para el cliente habitual de la zona, y del cual se acepta la “norma no escrita de la reservas” como algo circunstancial, habiéndose ganado la sidrería con creces el poder hacerlo. Así que, en resumen, no puedo más que dar las cinco estrellas.

Visita obligada en Marbella. El atún y el cachopo lo tenéis que pedir sí o sí, además de la sidra. Lo demás muy bueno también. Servicio rápido y amable.