La verdad, nos sorprendió, eso de las apariencias engañan en este local se cumple pero para bien.
Desde fuera el sitio no da una imagen muy buena y la carta que tienen fuera no tiene buen aspecto.
Entramos por curiosidad y desde dentro es un sitio súper bien decorado, muy bonito, acogedor, familiar.
Pedimos unas bebidas (cocacolas) y con estas nos entraba una tapa (elegimos una de bravas) y nos salio muy barato. ( Las patatas súper buenas y la salsa una maravilla, de las mejores de Madrid)
Ya he nombrado lo bueno, ahora viene lo malo.
-La imagen desde fuera no incita a entrar y la carta de fuera... Las fotos no dejan demasiado que desear.
-Las patatas bravas según yo las conozco, son en gajos pequeños, no hay que cortar un cuarto de patata como vi en alguno de los trozos.
-No le veo mucho sentido a tener 3 cartas diferentes, solo crea confusión en el cliente y le cuesta decidir mas
Muy buen trato y para tomarse algo con las tapas genial. Los tintos riquísimos.
Muy buena atención. La cervecería es acogedora y hay días que suele estar lleno.
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