El sitio decorado de una forma que te hace sentir como si te hubieran invitado a una casa, los detalles muy bien cuidados y la comida es de película, crees que son solo tapas pero no, el rabo de toro es una cosa increíble. Alejando, su dueño quien atiende y hace todo, tiene además un gran secreto, que le da un toque de locura, le pone un huevo frito al final a todo! No dejen de visitarlo.
Un lugar tranquilo y muy agradable, regentado por Alejandro que es una persona muy amable y servicial. El rabo de toro estaba muy rico, y las habitas con jamón de bellota exquisito. Lo único que me pareció excesivo fué el precio del vino por copa; ya que fueron 4,70€ por un Rioja reserva 3 Reinos y el mismo precio por un Cariñena crianza, teniendo en cuenta el precio de la botella y lo que se suele cobrar por esos vinos en otros lugares.
Muy interesante experiencia gastronómica. Tuvimos la oportunidad de probar cocina cordobesa de gran nivel, (las alcachofas y el rabo, memorables), en un ambiente realmente acogedor, con un servicio impecable y catando vinos que no serían fáciles de encontrar por nuestros propios medios.
Resumiendo, un placer.
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